En la elaboración de una periodización de la historia japonesa hay que tener presentes varios aspectos. En primer término, la cronología que, basada en el calendario lunar civil antiguo, debe ser convertida a nuestro calendario occidental al uso, de carácter solar; en segundo término, la mención de las eras (nengo), cuya nomenclatura comienza, por iniciativa de la corte imperial, en 645, con la Reforma Taika, siguiendo una antigua práctica continental, particularmente china. Llegaron a existir casi doscientos cincuenta nombres de eras, pues muchos de ellos fueron modificados con el paso del tiempo. Sólo desde la Restauración Meiji (1868), y hasta la actualidad, se empezó a emplear un nombre de era correspondiente a cada reinado imperial. En tercer, y último lugar, no se puede olvidar que la periodificación occidental tradicional (desde la prehistoria a la contemporaneidad), no es acorde con el despliegue, más o menos también convencional, de la historia japonesa.
Prof. Dr. Julio López Saco
Escuela de Historia, UCV
Escuela de Letras, UCAB
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