Dawenkou, desplegó su influencia
entre 4700 y 3650 a.n.E., cubriendo la península de Shandong y buena parte de
la llanura aluvial del río Amarillo. Presenta una economía basada, como
Yangshao, en el cultivo del mijo; su cerámica es más elaborada y con una
decoración a base de aplicaciones o impresiones de cestería. Los enterramientos
asociados a esta fase cultural, que vienen marcados por la presencia de ataúdes
protegidos con cámaras de madera, y con abundancia de numerosos objetos de
finalidad ritual, parecen mostrar una sociedad más compleja y con mayor
variedad social que la cultura Yangshao. La cerámica hecha a torno ofrece
tipologías novedosas, como el trípode llamado ding y el recipiente dou,
antecedentes cerámicos de las grandes vasijas del bronce.
Dawenkou y las culturas sureñas en
torno al Yangzi se relacionaron de modo efectivo. La evolución hacia el Estado
y la realeza arcaica necesitaba de la presencia de una extensa red de núcleos,
que propiciase la circulación de bienes, lo cual aumentaría la riqueza. Estas
interacciones se materializaron en la denominada cultura Longshan, desarrollada
entre 3000 y 2500 a.n.E. en la zona noreste de la China septentrional, en
Shandong, sobreponiéndose en Henan a la cultura Yangshao. Presentaba
comunidades permanentes, algunas con murallas de tierra apisonada, en cerros
que dominan las llanuras. Su cerámica es característicamente negra, de paredes
muy finas. A partir de una mayor diferenciación en cuanto a la riqueza y el
poder político, la importancia del ritual y el empleo de la violencia de modo
coercitivo, este horizonte cultural acabará abarcando las culturas norteñas y
se extenderá hacia el sur, en torno al Yangzi.
Las comunidades Longshan emplean
piedra pulida y el hueso para las puntas de flecha, y se evidencia la acción
del fuego sobre el hueso con fines, probablemente, adivinatorios, hecho que
anuncia un procedimiento de gran relevancia en época Shang, aunque no hay
todavía restos de escritura. El torno de
alfarero y, sobre todo, el jade, adquieren gran popularidad. Las piezas de
jade, un material muy difícil de trabajar, aparecen en ocasiones concentradas
en algunos enterramientos, lo cual evidencia, gracias a formas como el tubo
llamado cong, o el disco funerario bi, un ritualismo de un significado
cosmológico ya bastante estructurado. Antes de los grandes bronces de las
dinastías Shang y Zhou, es en estos jades donde aparece por primera vez
representada la máscara taotie, figura conformada a partir de
la contraposición de animales, especialmente
dragones, que ni representan seres míticos, ni animales reales de la época. Su
significado pudiera ser de índole chamánica.
La presencia ya, en este momento,
de algunos sacrificios humanos pudiera ser un reflejo de posibles conflictos,
de la presencia de posiciones sociales desiguales y del empleo de la fuerza por
parte de aquellos socialmente más poderosos.
No existe ningún testimonio
arqueológico fiable vinculable a la, todavía mítica, dinastía Xia. No obstante,
es en este contexto de culturas neolíticas avanzadas donde pudo aparecer la
ciudad-palacio, lugar en el que se desarrollaría un poder fundamentado en la
posesión y empleo de las armas de bronce. En cualquier caso, las condiciones
son análogas a las que dieron lugar a las primeras civilizaciones
mesopotámicas, de Egipto y del Indo. Parece bastante claro que desde fines del
Neolítico se formó en el valle del
Huanghe un núcleo de civilización original. Es, por lo tanto, razonable
relacionar la cultura Longshan con la civilización del bronce en China.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, marzo, 2013
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