IMÁGENES, DE ARRIBA HACIA ABAJO: FRAGMENTO DE LA ESTELA DE ANHUMAJTE (EA 1783), Y LOSA DE CALIZA PINTADA DE LA TUMBA DE NIHEBSEDPEPY (EA 1818). AMBOS EJEMPLOS DATADOS EN EL PRIMER PERIODO INTERMEDIO.
Esta época, conocida como Primer
Período intermedio, abarcó, cronológicamente hablando, desde 2200 a 2040 a.n.E.
Estuvo conformado por las Dinastías VII, VIII, IX, X y el inicio de la XI. El reino
Antiguo se descompone bajo la presencia de las dinastías menfitas VII y VIII,
debido a diversos conflictos sociales y a las invasiones de poblaciones
extranjeras que se asientan en el Delta, aunque la capital seguirá siendo
Menfis. A través del texto llamado Amonestaciones se sabe de la penetración de
nómadas que se adueñan del Delta. Parece plausible que el legítimo rey (quizá
Merenre II de la Dinastía VII), hubiese sido depuesto y reemplazado por un
“rey” reformador pero débil, ya de la Dinastía VIII, lo que podría indicar que
la Dinastía VII es de muy corta duración y vive en una completa anarquía. La
Dinastía VIII parece que quiso aliarse con algunos gobernadores del Alto Egipto
para poder mantenerse en el poder. Sin embargo, se constata que bajo la
presencia de los últimos reyes de esta dinastía, el Delta está ocupado por
extranjeros y los nomos tinita y de Elefantina son independientes. Por lo
tanto, la autoridad “real” apoyada en los príncipes coptos, únicamente controla la región menfita y poco
más.
En torno a 2160 a.n.E. el príncipe
de Nennesut (Heracleópolis), llamado Meribre-Kheti (Actoes, Kheti I), se alza
contra el último rey menfita y se atribuye las titulaturas reales del Alto y
Bajo Egipto, configurando la IX Dinastía heracleopolitana (2160-2130 a.n.E.). A
pesar del poder heracleopolitano de esta dinastía y de la siguiente, la X, una
parte significativa de Egipto sigue ocupada por extranjeros y los nomos
independientes luchan entre sí, algunos de los cuales reconocerán la autoridad
de Heracleópolis pero otros la de Tebas. Heracleópolis es la residencia del
faraón, pero el centro administrativo parece haberse mantenido en
Menfis. En el Egipto medio, en una delas provincias agrícolas más
fértiles, Heracleópolis está a salvo, durante un tiempo, de los asiáticos
extranjeros del Delta y de los príncipes tebanos y de Elefantina. Pero esta
unidad restaurada dura muy poco, asolada por los conflictos entre nomos y por
las guerras, lo que dará lugar a una nueva Dinastía, la X (2130-2040 a.n.E.),
también heracleopolitana, aunque en el mismo momento, en el sur, los príncipes
de Tebas (bajo el nombre de Antef), consolidan su poder y se titulan reyes del
Alto y Bajo Egipto, configurando la Dinastía XI (2133-2040 a.n.E.), que reina
en paralelo a la X en el norte, y que será la que, desde 2040 a.n.E.,
permanecerá en el poder en solitario.
Debe recordarse que desde la VII y
la VIII Dinastías, gobernadores y príncipes provinciales se habían hecho
independientes, con sus ejércitos y tesoros propios, reconociendo únicamente, y
en teoría, la autoridad de Menfis. Los más poderosos fueron los nomos de
Coptos, Asyut, Khmunu (Hermópolis) y Oryx, nomos del Egipto medio que
participarían en las luchas entre Heracleópolis y Tebas apoyando a uno o a
otro. En el sur, Tebas tuvo que luchar contra varios nomos que se habían aliado
bajo la autoridad de Hieracómpolis (Ermant, Tinis, Elefantina). La nueva
dinastía tebana, la XI, después de gobernar en el sur, anula la dinastía X de
Heracleópolis, gobierna sobre el conjunto de Egipto y mantiene a Tebas como
capital.
Hacia 2120 la situación
político-administrativa se encontraba, por tanto, del siguiente modo: los nomos
sureños, sometidos desde Tinis a Elefantina, obedecían la autoridad de Tebas,
en tanto aquellos del Egipto medio reconocían, en grado mayor o menor, la
autoridad de Heracleópolis. Al norte de Menfis, había poca claridad, y los
nómadas seguían anclados en el Delta del Nilo. Serán inicialmente los reyes
heracleopolitanos los que consigan la primera reunificación de Egipto al
controlar los nomos del Delta, y luego será Tebas, durante el reinado de
Seankhibtauy-Mentuhotep (2060-2040 a.n.E.), la que se apodere del reino
heracleopolitano y concluya la reunificación del país, estableciendo los
cimientos de lo que será el Reino Medio, cuyo comienzo se produce a partir de
la segunda parte de la Dinastía XI tebana.
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Historia y Doctorado en Ciencias Sociales, UCV. Julio 2014
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