En las
siguientes líneas nos referiremos a dos notables hallazgos arqueológicos de
extrema relevancia y de complicada interpretación. En una de las imágenes se
observa la figura del hombre-león (o mujer), tallada en un colmillo de mamut,
hallada en la cueva de Stadel, en Alemania. Pertenece al período Auriñaciense,
del Paleolítico Superior, y se ha datado en torno a 32000 años antes del
presente. El cuerpo es humano (al
menos las extremidades inferiores) pero la cabeza es leonina. ¿Este es uno de
los primeros vestigios casi indiscutibles de arte, y probablemente de
religiosidad, así como de la capacidad de la mente humana de imaginar cosas que
no existen realmente?. El aspecto híbrido zoomorfo, “totémico” o “animista”, en
el vocabulario de cierta antropología, no se volverá a ver hasta los muy
célebres ejemplares del antiguo Egipto. En la
otra, una conocida pintura en Lascaux, datada entre 14000 y 15000 años antes
del presente. ¿Qué es lo que se ve, exactamente, y cuál es su significado?. Un
bisonte, herido de muerte por una lanza que lo atraviesa, parece estar
perdiendo sus intestinos. El hombre con la cabeza de un pájaro y un pene
erecto, a su izquierda, cayéndose ¿es abatido por el bisonte?; ¿es un cazador o
un chamán, o ambas cosas?. Bajo el hombre hay otro pájaro. ¿Podría simbolizar
el alma, liberada del cuerpo en el momento de la muerte?. Si eso fuese así, ¿la
pintura no representaría algo más que un prosaico accidente de caza, tal vez el
paso de este mundo al otro?. No tenemos manera de saber si alguna de tales
especulaciones es cierta. Se asemeja a una suerte de test de Rorschach, que
revela mucho acerca de las pre concepciones de los “eruditos” modernos, y
realmente poco, o muy poco, acerca de las creencias de los antiguos cazadores
de tiempos muy lejanos.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-FEIAP-UM. Octubre 2018.
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