Imágenes (de arriba hacia abajo): panorámica de los restos de Mohenjo-Daro (Pakistán); sello cerámico con el llamado protoshiva, hallado en Mohenjo-Daro, cultura del Indo; vista de la enorme fosa número 1 del mausoleo del Primer Emperador, con los famosos guerreros de terracota, Xian, China y; vista de la ciudadela de Caral, valle del Supe, Perú, la ciudad más antigua del continente americano.
En
esta heterogénea cuarta entrega se analizará el devenir histórico de Mohenjo
Daro y Varanasi, en Pakistán e India, Chang’an-Xi’an y Luoyang en China, además
de la notable Caral Supe en el antiguo Perú.
Mohenjo
Daro, cuyo topónimo traduce “montículo de la muerte”, es una ciudad del valle
del Indo, en Pakistán, una de las principales urbes, al lado de Harappa o
Dholavira, de la Cultura del Indo, civilización de carácter agrícola y urbano,
cuyo florecimiento se produjo en el III milenio a.e.c. Su apogeo se ubica entre
2600 y 1900 a.e.c., momento en que la ciudad pudo albergar unas treinta mil
personas en más de 200 hectáreas. Su estratégica ubicación la hacía dominadora
de las grandes rutas de comercio así como de las zonas más fértiles del valle
del Indo.
Las
excavaciones en 1922 dirigidas por el británico John Marshall, quien trabajó
con el estadounidense experto en Mesopotamia, Ernest MacKay, sacarían a la luz
los vestigios de la ciudad, aunque desde el siglo XIX el Servicio Arqueológico
de India ya conocía algunos restos (los de Harappa) con los que se presumía la
presencia de una gran cultura en la región. Los hallazgos más antiguos
encontrados procedían del Calcolítico, en la transición del Neolítico a la Edad
del Bronce. Más tarde sería el británico Sir Mortimer Wheeler quien seguiría
con la exploración arqueológica del lugar.
La
ciudad tuvo una amplia zona de influencia. En ella habitó una sociedad urbana
en la que dominaba una burguesía de mercaderes y artesanos. Destacó sobremanera
por su ingeniería (baños, alcantarillados, canalizaciones de aguas) y su
planificación urbana, que organizaba la ciudad en dos zonas, una elevada, la de
la ciudadela, centro administrativo y tal vez religioso (donde se encuentran
los recintos conocidos como Grandes Baños y la Casa de los Sacerdotes) y la zona
baja, con barrios artesanales (con talleres de metalurgia y alfarería),
almacenes, graneros y los sectores residenciales, con casas organizadas en
torno a un patio o varios, abiertos. Las calles principales van de norte a sur
en paralelo. Estuvo, además, amurallada, con defensas hechas de ladrillo cocido.
Los hallazgos arqueológicos de la ciudad han deparado la presencia de una serie
de sellos cerámicos con motivos animales, antropomorfos y signos escritos, así
como figurillas cerámicas y en metal, como la muy conocida bailarina de bronce.
En torno a 1700 o 1500 a.e.c. la ciudad, como la propia Cultura del Indo,
entraría en decadencia interna, lo cual, en conexión con la presumible llegada
de poblaciones arias de carácter guerrero, como expresa el Rig Veda, confirmaría el final de la civilización.
Varanasi, en sánscrito, Banaras en urdu, antigua Benarés, es una antigua ciudad
india ubicada en la región de Uttar Pradesh, a orillas del Ganges. Centro
religioso, económico y artístico, hoy es una urbe de algo más de un millón de
habitantes. Es la capital sacra y espiritual de India, sobre todo del hinduismo
y el jainismo, aunque fue cuna del budismo, pues la tradición señala que fue
aquí donde el Buda dio su primer sermón, presumiblemente en el siglo VI a.e.c.
Se la considera, según la tradición, fundada por los dioses, de ahí que los devotos
de Siva acuden a ella en peregrinación con el deseo, si fuese el caso de morir
y ser incinerado en ella, en las márgenes del Ganges. Y es que el que fallezca
en Kashi-Varanasi, podrá liberarse de la cadena samsárica de las
reencarnaciones.
La
cosmología consideraba Varanasi como un lugar central de la tierra. Los
primeros asentamientos humanos en la zona se han datado en el siglo IX a.e.c.
gracias a los descubrimientos cerámicos. Su primera mención textual es, por el
contrario, tardía: del siglo III a.e.c. en las epopeyas Mahabharata y Ramayana.
En los primeros siglos de nuestra era, algunos textos, como el Skanda purana,
uno de los 18 textos religiosos y míticos hindúes, escritos, según la tradición
por el sabio Vyasa, señala numerosas leyendas en las que el dios Siva funda la
ciudad. La urbe sería visitada por el monje budista Xuanzang en el siglo VII,
que buscaba reliquias y textos budistas en India, y quien destacó el carácter
comercial de la ciudad, gracias a sus telas, perfumes y artesanía en marfil.
Siglos después Varanasi caería en las manos mogolas de Aurangzeb. Antiguas
fortalezas y palacios, además de innumerables templos, son los vestigios
actuales que recuerdan la antigüedad y relevancia histórica de esta ciudad del
norte de India.
Chang’an-Xi’an
fue una de las capitales de la antigua dinastía Han en China (206 a.e.c. a
220), conocida inicialmente como Chang’an. Hay registros de presencia de
población asentada ya en el neolítico. La historia de Xi'an se inicia hace unos
tres milenios, cuando la dinastía Zhou Occidental fundó su capital en Haojing,
la que sería la Xi'an de hoy. En 221 a.e.c. el denominado primer emperador Qin
shihuang, unificó China, estableciendo su capital en Xiangyang, al norte de
Xi'an. Después de la dinastía Qin (221-206 a.e.c.), los dinastas Han tomaron el
poder. Los gobernantes de Han también centraron su gobierno en Xi'an. Fue la
capital de la dinastía hasta el primer cuarto del siglo I, cuando fue
sustituida por la localidad de Luoyang.
Desde
ese momento, como capital occidental, pasó a llamarse Xijing. Después de unos
siglos de poca relevancia, a finales del siglo VI, la dinastía Sui reunifica
China y restablece la capitalidad aquí. Llega a ser una de las ciudades más
extensas e influyentes del mundo, un hecho que se ve favorecido al convertirse
la ciudad en el extremo más oriental de la Ruta de la Seda. Después de ser
destruida en el siglo X, bajo el reinado de la dinastía de Ming la ciudad
recibe el nombre actual de Xian, cuyo significado vendría a ser Paz Occidental.
Además de la fastuosa Pagoda del Ganso Salvaje, Xi’an destaca por un
descubrimiento histórico memorable, pues en 1974 salieron a la luz los
Guerreros de Terracota, pertenecientes a la tumba del primer emperador chino,
Qin Shi Huangdi, y que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco.
Luoyang
fue una antigua ciudad capital china, fue descubierta por la arqueología en la
década de 1950 gracias a las excavaciones para reconstruir la ciudad, así como
a los trabajos de regadío y formación de terrazas agrícolas en los campos de la
región. La ciudad arrojó más de sesenta yacimientos y casi mil tumbas. Existe
evidencia de que hacia el V milenio la zona estaba muy poblada. Destaca en ella
el yacimiento neolítico (descubierto en 1921) al oeste de Luoyang, de nombre
Yangshao, ubicado en la llanura del río Amarillo.
Los
restos arqueológicos de Luoyang están emplazados en un lugar estratégico,
rodeados por colinas en tres de sus lados y se encuentran limitados por cuatro
ríos. Se han hallado restos de la dinastía Shang, de la Edad del Bronce
(1700-1080 a.e.c.), si bien el principal hallazgo fue la ciudad amurallada de
la época dinástica Zhou de hacia el 900 a.e.c. Luoyang fue capital a partir de
771 a.e.c.
La
tradición afirma que Confucio estudió en ella y que LaoZi estuvo encargado de
sus archivos. Bajo el emperador Qin y los primeros Han, la capital volvería a
Xi’an, aunque no mucho tiempo después (entre el 25 y 220), la misma dinastía
Han se vería obligada a retirarse a Luoyang, construyendo su ciudad al este del
denominado Templo del Caballo Blanco. La ciudad sería sede de una gran
biblioteca y de la Universidad Imperial. Tras la caída de los Han, Luoyang se
mantuvo como capital de varias dinastías, y como centro de la vida cultural
china. Con los invasores del norte, los Toba Wei, Luoyang fue escogida como
capital, porque se la tomaba por el centro del mundo.
A
mediados del siglo VI, bajo el mando de un emperador Wei, Luoyang fue
abandonada y sus gentes obligadas a trasladarse a Yeh. Luoyang permaneció en
ruinas hasta que, bajo la dinastía Sui, fue reconstruida siguiendo un trazado
cuadriculado a ambos lados del río Luo. La nueva ciudad se convirtió en el
centro comercial más destacado de China, con una población de casi un millón de
habitantes. Bajo los Tang, Luoyang pasó a ser la segunda capital del imperio,
pero con el declive de la dinastía perdió definitivamente su importancia; la
capital se trasladó a Kaifeng y el poder se fue concentrando en el sur.
Caral
fue la ciudad capital de una civilización desarrollada en territorio peruano,
en el valle del Supe, cuyos restos apenas empezaron a aflorar a mediados de los
años 90 del pasado siglo (gracias a Ruth Shady), aunque se conocía el sitio
desde fines de los cuarenta gracias al aventurero Paul Kosok y el arqueólogo
Richard Schaedel. El yacimiento, con una arquitectura monumental, cuenta con
casi setenta hectáreas de extensión y es
el referente de la considerada civilización más antigua de América.
Los
primeros asentamientos, de agricultores y pescadores, se documentan entre 3000
y 2700 a.e.c., aunque la ciudad de Caral comenzó a construirse entre 2650 y
2550 a.e.c. En el yacimiento han sido descubiertas plazas circulares semi hundidas,
plataformas escalonadas, varias pirámides con escalera y altares con hogares
centrales y puertas de jambas dobles, hechas en madera y piedra, en un recinto
no amurallado. El recinto pudo tener una función ceremonial y administrativa,
aunque también pudo ser la cabeza económica de una región más amplia, al
intercambiar productos agrícolas con la pesca efectuada en los núcleos
costeros.
Un
fuerte cambio climático parece estar detrás de su declive, pues dilatadas
sequías y lluvias torrenciales habrían sido las causantes del abandono de los
núcleos urbanos como el de Caral, ya hacia 1800 a.e.c., momento en que se
entierran sus edificaciones. La ciudad estuvo en contacto con la ciudad de Áspero,
probablemente su subordinada ciudad pesquera. La ciudad estuvo dividida en una
zona nuclear, con más de una treintena de estructuras públicas y conjuntos
residenciales (viviendas con talleres), y otra zona periférica, con presencia
de grupos de viviendas formando pequeños islotes. La ciudad puedo llegar a
albergar entre 1500 y 3000 personas en sus siete u ocho siglos de existencia.
Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP-UFM, abril, 2021.
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