La orgía es
danza, música, alucinación, juego, estado contemplativo y transfiguración
artística; por lo tanto, control de una emoción desbordada. Como consecuencia
última y transfigurada de su agudo desenfreno, se produce una ruptura
contemplativa, visionaria, artística, una suerte de separación de índole
cognoscitiva. Estar fuera de sí, salir, estar en éxtasis, libera un excedente
de conocimiento. El éxtasis es el instrumento de la liberación cognoscitiva, no
el objetivo final de la orgía dionisíaca. Ésta comporta una liberación de los
vínculos que atan al individuo empírico; es una quiebra de las condiciones de
su existencia cotidiana, un estado nuevo de manía, de locura. El resultado de
esta manía es una verdadera visión. Es por eso que la característica esencial
de la orgía dionisíaca es el surgimiento de un estado alucinatorio. Del estado
orgiástico nace, en consecuencia, una capacidad de adivinación. En resumidas
cuentas, la orgía implica un instinto estético, es una liberación cognoscitiva
y provoca una ruptura de la individualidad.
Prof. Dr. Julio López Saco
Doctorado en Ciencias Sociales. UCV
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