NICHO CON SHIVA DE TRES CABEZAS. LA DE LA IZQUIERDA Y LA DE LA DERECHA REPRESENTAN LOS ASPECTOS FEMENINOS Y MASCULINOS, RESPECTIVAMENTE. CUEVAS DE ELEPHANTA.
Estas cuevas (Gharapuri), en el estado de Maharashtra, nombradas así por los
portugueses debido a la presencia de un elefante de piedra (que hoy está en los
Jardines Victoria de Mumbai), fueron construidas por los reyes Rashtrakuta,
quienes gobernaron entre mediado el siglo VIII y el último cuarto del X. Además
de ser un impresionante receptáculo de arte religioso indio, las cuevas parecen
ser el medio para realizar un profundo viaje al mundo espiritual. En su
interior vemos diversas esculturas, de diferentes tamaños, dedicadas al gran
Shiva, materializado en sus muchos aspectos, aunque se destaca sobre las demás,
el monolítico Trimurti, de casi seis metros de alto y con tres rostros: el de
la izquierda es Uma, la dadora de vidashakti;
el de la derecha es Rudra, el aspecto terrible del destructor, en tanto que el
del medio es el benigno y sereno Swarupa. Manteniendo guardia en sus nichos
encontramos los dwarapalas o
guardianes de las puertas, representados en gran tamaño.
En la imaginería de Kalyanasundara (el matrimonio de Shiva y
Parvati), podemos observar al padre de la novia, Himalaya, con la diosa de la
luna Chandrama, así como a los otros personajes de la sacra Trinidad: Brahma,
el creador, y Visnú, el preservador. En un panel, Shiva recibe a Ganga sobre su
cabeza, rompiendo el impacto de la Diosa del Río antes de que toque la tierra.
Shiva aparece en cualquier rincón de las cuevas en su aspecto de Ardhnareshwar (medio hombre, medio mujer). La figura del
danzante Nataraja, otra de las manifestaciones
del dios, síntesis de religión, arte y ciencia, es una forma simétrica y muy
dinámica, también visible entre las grandes obras presentes en el interior de
estas magníficas cuevas.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
Cátedra Libre India Siglo XXI
No hay comentarios:
Publicar un comentario