La primera ilustración corresponde a una máscara de un chamán decimonónico que representa a Tomalik, un espíritu inuik del viento. Los vientos veraniegos e invernales soplaban por los agujeros de la boca y de la frente de la máscara, las plumas blancas simbolizaban las nubes y las aves marinas, y los colgantes las burbujas de aire de las focas sumergidas bajo el hielo. Cielo y tierra, así como las ligeras variaciones estacionales están aquí simbolizadas. La segunda imagen es una gargantilla. Fabricada con concha, aparece decorada con cuatro pájaros carpinteros, considerados guardianes espirituales de los cuatro orientes principales, que sostienen el Cielo, además de símbolos de la guerra. En el centro, probablemente, los poblados ojibway. Cada espíritu trajo consigo algún bien para la humanidad: la nieve para que los cazadores siguieran las huellas de los animales, el calor para los cultivos de calabaza, maíz o tabaco, la lluvia para la fertilidad de la tierra, además del sol. La tercera ilustración es una máscara ritual Inuit, del siglo XIX. El rostro, que representa el gran espíritu de la luna (Tarkec), responsable de la fertilidad y la corrección moral, además del control de los animales, está envuelto en un trozo de madera claro que simboliza el aire, los aros cincundantes representan los niveles del Universo y las diversas plumas las estrellas. Cosmovisión inuit del oeste de Alaska.
Prof. Julio López Saco
No hay comentarios:
Publicar un comentario