12 de diciembre de 2008

Mitología norteamericana IX


La primera imagen es la de Skaoaga y su hijo oso, de fines del siglo XIX. Pertenece a los Haida canadienses. Probablemente responde a una historia original Tsimshiam recreada por artistas Haida. La leyenda dice que Skaoaga era princesa de la fratría de los Haida y no podía mezclarse con la gente común, salvo en ocasiones especiales. En una ocasión pidió hacer una expedición a la montaña, pero se separó de sus compañeros. Un joven hombre la encuentra y la lleva al pueblo o ciudad del Oso y el jefe acaba adoptándola. Es aquí donde tiene dos hijos, parte humanos y parte osos. El oso es esencial en la vida de los cazadores del norte de Eurasia y Norteamérica; la mezcla mítica humano-oso, asociada a sacrificios a este animal, da lugar a gemelos o a un individuo híbrido que es un héroe cultural. Algunos mitos paralelos los tenemos en Beowulf y Odiseo; en este último caso porque su abuelo Arceisios, porta un nombre derivado de oso. La segunda imagen corresponde a un escudo medicinal de jefe Arapoosh con personificación de la luna. Pertenece a los Crow y es de principios del siglo XIX. Este escudo ofrece protección física y espiritual (para obtener los poderes sagrados del espíritu guardián del guerrero), a través de los poderes lunares. La luna es representada personificada en una visión del jefe Arapoosh. Su visión (quizá en el marco de un rito de la pubertad), consistió en una figura negra, identificada como el espíritu de la luna, que supervisa las actividades de las criaturas sobre la tierra. Las tradiciones nativas americanas hablan de fuertes vínculos entre seres celestiales y la humanidad. El simbolismo lunar trae aparejado poderes asociados al modelo cíclico de la naturaleza: la fertilidad de la mujer, o la muda de la piel de la serpiente; así pues, muerte y renacimiento, cambio.
Prof. Julio López Saco

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