Kojiki o Crónica de antiguos acontecimientos es una obra que narra las tradiciones nacionales japonesas desde la época mítica de los orígenes y las deidades hasta el reinado de la emperatriz Suiko (593-628). Como primer exponente de la conciencia histórica de Japón, es una obra literaria a caballo entre la literatura oral, anterior a la introducción de la escritura en el archipiélago japonés (realizada a fines del siglo IV, en vinculación con el reino coreano de Paekche), y la tradición escrita. Además de ser un recuento del origen de un pueblo, y un relicario de mitos y leyendas de los antiguos habitantes de Japón, es una obra sacra del sintoísmo. La vida, la muerte, los dioses, valores y creencias de un pueblo en sus albores históricos, son fundamentos de una visión sintoísta de las cosas que, a su vez, reflejan una estructura social. Esta literatura mitológica es una preciosa fuente para conocer la cotidianidad de la antigüedad japonesa y los componentes de la cultura más primitiva de Japón. En la obra se contemplan aditamentos postmíticos, en razón de necesidades políticas y reflexiones filosóficas. A través del Kojiki se confecciona un mito de origen celestial, de filiación directa con una divinidad creadora del Japón, y se eleva a la categoría de historia oficial. En el texto se teje una coherente red de tradiciones y mitos de las zonas sometidas, aliadas o sumisas al estado de Yamato, mostrando con ello la supremacía de este clan gobernante, que será la familia imperial. La línea mitológica de Yamato, así como la de la región de Izumo, se imbrican para, de esta manera, establecer a la primera con una posición jerárquica, con Amaterasu como divinidad solar, y fuente de legitimidad dinástica. En definitiva, se crea una mitología nacional, inspirada en las visiones cosmogónicas chinas taoístas, que se convierte en historia nacional. Kojiki es, en consecuencia, una fabricación artificiosa fabricada por los funcionarios cortesanos para legitimar el poder y ascendencia de la casa imperial. La obra se compone de tres libros temáticamente diferentes: la era de los dioses, la de los héroes y la época de los hombres. Esta última, históricamente relevante, abarca los acontecimientos ocurridos desde el reinado del emperador Nintoku (ca.395-427, uno de los “Cinco reyes de Wa” aludidos en la crónica china Song shu o Crónica de la dinastía Song, 420-479), hasta el de la mencionada Suiko.
Según el prólogo de Kojiki, Oo no Yasumaro escribió el texto a partir de la recitación de un empleado cortesano (toneri), de tiempos del mítico emperador Temmu, llamado Hieda no Are. Entre las fuentes perceptibles de Kojiki están las crónicas y anales de los soberanos y textos míticos sobre divinidades, como el Teiki, Linaje solar de los soberanos, el Senki o Crónicas anteriores, el Sendai Koji (Asuntos antiguos de pasadas épocas), el Honji o Asuntos fundamentales y el Koji o Asuntos del pasado. Entre sus fuentes orales estarían los Kataribe (relatadores de antiguos ritos y leyendas de la corte imperial). Los linajes de Kataribe cantaban y ofrecían sus relatos como un símbolo de lealtad y sumisión al soberano. En resumen, y en definitiva, Kojiki es la creación de una mitología genealógica, que legitima la soberanía de un clan dinástico, el del emperador legendario Temmu (Yamato), que remarca el derecho divino a gobernar un territorio de deidades, y que integra varios clanes, siguiendo una relación jerárquica, en una suerte de empresa histórica al total servicio del poder político.
La imagen que se muestra corresponde a una edición sobre papel en japonés antiguo del Kojiki, con glosas en chino, de Edo (Tokio), datado a comienzos del siglo XIX. Catalogado como MS 5327, muestra adiciones entre las columnas, en Kanji rojo.
Según el prólogo de Kojiki, Oo no Yasumaro escribió el texto a partir de la recitación de un empleado cortesano (toneri), de tiempos del mítico emperador Temmu, llamado Hieda no Are. Entre las fuentes perceptibles de Kojiki están las crónicas y anales de los soberanos y textos míticos sobre divinidades, como el Teiki, Linaje solar de los soberanos, el Senki o Crónicas anteriores, el Sendai Koji (Asuntos antiguos de pasadas épocas), el Honji o Asuntos fundamentales y el Koji o Asuntos del pasado. Entre sus fuentes orales estarían los Kataribe (relatadores de antiguos ritos y leyendas de la corte imperial). Los linajes de Kataribe cantaban y ofrecían sus relatos como un símbolo de lealtad y sumisión al soberano. En resumen, y en definitiva, Kojiki es la creación de una mitología genealógica, que legitima la soberanía de un clan dinástico, el del emperador legendario Temmu (Yamato), que remarca el derecho divino a gobernar un territorio de deidades, y que integra varios clanes, siguiendo una relación jerárquica, en una suerte de empresa histórica al total servicio del poder político.
La imagen que se muestra corresponde a una edición sobre papel en japonés antiguo del Kojiki, con glosas en chino, de Edo (Tokio), datado a comienzos del siglo XIX. Catalogado como MS 5327, muestra adiciones entre las columnas, en Kanji rojo.
Prof. Dr. Julio López Saco
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