Bronce etrusco, en realidad un espejo, del siglo VI a.C., con escritura en etrusco antiguo. La ilustración corresponde a Ícaro, que porta una maza sobre su espalda y un gorro de estilo frigio, y monta un carro tirado por dos centauros barbados, uno de los cuales lleva un racimo de uvas, y el otro un gran cuchillo y un odre de vino. Sobre Ícaro, un querubín parece estar arrojando agua, y bajo los centauros corre el perro del héroe, llamado Maera. Debemos recordar que Ícaro fue un héroe ático de la localidad de Icaria, que había aprendido a hacer vino y los rituales báquicos del dios Dionisos. Con su hija Erígone se dedicaba a difundir la bebida por el mundo.
Prof. Julio López Saco
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