29 de octubre de 2009

Grupos étnicos minoritarios en China

Grupos étnicos minoritarios principales a lo largo de la historia china: Tuoba 拓跋, clan de la tribu Xianbei 鮮卑, fundamento de la dinastía Wei Septentrional; los Quanrong 全榮 “Perros bárbaros del oeste”, etnia de lenguaje tocario (yuezhi); Hui 回 nacionalidad minoritaria, primordialmente musulmanes; Jürchen o Nüzhen 女真; Kitan 文譚, grupo nómada que conforma el imperio Liao 廖; Miao 苗, minoría étnica del sur; Mengguren 蒙古人, los mongoles, poblaciones típicas de las estepas; Donghu o Tanguts 談勇氣, poblaciones nómadas que conforman la dinastía de los Xia Occidentales 西夏; Tai yu 泰語, Thai; Xizang ren 西藏人, los tibetanos; Tonggusi 通古斯, Tungús, tribus que son los antepasados de los manchúes 滿文; Weiwu er ren 維吾爾人, los Uigures, mayoritarios en Xinjiang; Xiongnu 匈奴, grupos nómadas esteparios; Yao / Yaowen 瑤文; Yudian 喻典.

28 de octubre de 2009

La devoción hindú: Krishna I




Krishna, octava encarnación de Vishnú, es un joven inspirador de la tradición de la devoción reverente como pastor de ganado. También es el héroe épico que ejemplifica el gobernante ideal. Es un dios travieso y apuesto, que se deleita en tocar la flauta, con cuya música apasiona a las gopis. En el Mâhabhârata, al servicio de los valores de la vida hinduista, dharma, artha y kama, afirma su condición en un nivel discursivo, en una dimensión yóguica.

Las ilustraciones muestran a Krishna niño en un pilar del santuario de Akkiripalli; al dios bailando con las pastoras en una pintura sobre tela. Siglo XIX. Museum für Asiatische Kunst, Berlín; y, finalmente, a Krishna, en una miniatura de la escuela Kangra, con escena del Bhagavata Purana, donde se ve al dios robando las ropas de las gopi. Museo de Lahore, Pakistán.
Prof. Dr. Julio López Saco


26 de octubre de 2009

Historia de Asia: el origen de los tibetanos

Los tubo, formados con tribus de los qiang occidental y los xianbei (descendientes de los donghu) fundidos con los pueblos di, y emigrados desde la región del río Amur, son los antepasados de los tibetanos. Establecen un proceso de integración tribal, a partir del siglo VII, en los valles del río Bramaputra o Yarlong Zamgpo, extendiéndose por Qinghai, Xinjiang y Gansu. Aunque las crónicas tibetanas mencionan una época de cuarenta reinos, probablemente durante el siglo VI, doce de ellos, entre los que se destacan los sheboye, antecedentes del linaje imperial, serán los principales en un proceso de concentración paulatina. Se destacan, por encima de todos, el Reino Zhang-zhung (confederación de tribus desarrollada entre los siglos IV y VII), en donde el chamanismo arcaico tradicional de transformaría en la religión bon, y el peculiar Reino de las Mujeres del Este, que puede estar en la base de los Mosou actuales del lago Lugu, cuya sociedad es matriarcal. El primer rey de los tubo, y creador del imperio tibetano, fue Songsan Gangpo (618-649), aunque el imperio tibetano tendría su mayor esplendor con Trisung Detsan, en la segunda mitad del siglo VIII. Este rey, así como su hijo Ralpachen, promovieron el budismo y patrocinaron la construcción de monasterios así como las traducciones de textos budistas, propiciando el acaparamiento de tierras de los recintos monásticos. Este hecho dio lugar a que los sacerdotes de la religión tradicional bon, al lado de otros príncipes tibetanos, se enfrentaran con los budistas, conflicto cuya consecuencia inmediata será la fragmentación del imperio en principados independientes, hasta su definitiva desaparición, en medio de grandes revueltas sociales, en 877. En época dinástica Song (960-1279), el Reino de Guge, una auténtica fortaleza en el oeste de Tíbet, sirve de refugio del budismo, que ha sobrevivido apoyado en la realeza local. Desde aquí se fundan nuevos monasterios, que empiezan a concentrar, otra vez, territorio y poder, aunque con la novedad de la aparición de las primeras escuelas religiosas budistas, como la Kardam, Nyungmapa, Sakyapa y la Kagyupa (escuela de la transmisión oral), a la que perteneció el monje Milarepa. El poder temporal se asocia al religioso de manera irrevocable, estableciendo los fundamentos del lamaísmo budista tibetano.
Tíbet, en tibetano Bod Zizhigu y en chino Xizang, tiene una superficie total de 1.222.000 km², siendo su ciudad capital Lhasa. Tiene frontera con Myanmar, India, Bután y Nepal, además de con el resto de China. Vemos un mapa de la región.
Prof. Dr. Julio López Saco

22 de octubre de 2009

El poblamiento americano II: problemas y controversias

En el poblamiento americano pudo haber habido una serie de relaciones culturales con Asia. Según Gordon F. Ekholm habrían existido, en base a analogías iconológicas formales, tres períodos: uno, de 1700 a 1000 a. C., en el que los estímulos foráneos proceden de Mesopotamia y el valle del Indo, que influencian las culturas Shang y Zhou en China, y estas, a su vez, territorio americano, trayendo como consecuencia directa la cultura Olmeca; un segundo entre 700 a.C. y 200, en la que se habría producido una directa relación entre la dinastía Zhou tardía y el área mesoamericana, una influencia que habría estado presente en el estilo de El Tajín; y, finalmente, un tercer período entre 200 y 900, en el que se produce la llegada de influjos hindúes y budistas, como el motivo del loto, figuras humanas con cabeza de elefante o las columnillas estilo PUUC maya del Yucatán (influencia tolteca sobre territorios mayanizados). Dichos vínculos vendrían por tres rutas, el estrecho de Bering, una vía transpacífica y el borde del NE de Asia y NO americano, en navegación de cabotaje. Según fuentes históricas más fiables la primera presencia arqueológicamente constatable es la propiciada por los vikingos de Eric Thorraldson (el Rojo), hacia 986, y por Leif Ericsson hacia el 1000, quien descubre tierra firme y nomina varios territorios: Markland-Terranova, Helluland-península del labrador y Vinland-Nueva Escocia.
En términos genéricos, América es un continente marginal para la población. Los prehistoriadores hablan de una doble oleada asiática para norteamérica (por Bering), la de los portadores de la cultura de nódulos y lascas, hace 40 o 50 mil años (fases Alton y Farmdale) y la de los cazadores que empleaban puntas de proyectil, hace unos 13000 años (correspondiente a la fase Cary). La presencia de ocho familias lingüísticas, makro-chibcha, ecuatorial andina, gepano-caribe, otomangue, tarasca, hoka, penutia y azteca-tano, presuponen, sin duda, un poblamiento múltiple y con diversos componentes culturales, provenientes del sudeste de Asia, Polinesia-Melanesia, Australia y, quizá, África y Europa. Hoy en día hablamos de varias oleadas múltiples y de carácter diverso, persiguiendo las manadas de animales, hace 20 o 30 mil años, desde Bering, las Aleutianas y a través de la costa oeste de Norteamérica, aunque las cronologías de algunos yacimientos del norte y el sur de América han suscitado controversias en relación a las vías de penetración (Clovis, datado en 13000; Monte Verde en Chile, descubierto hacia 1997, es datado en 15000 y, posteriormente, el yacimiento de Cactus Hill, de nuevo en norteamérica, en 18000 a.n.e.). a esto se suman los inconvenientes antropológicos: el generado por el cráneo brasileño denominado Luzia, de 13500 años, que no se parece a los amerindios, sino a los africanos o a los habitantes del sur del Pacífico, o el legalmente disputado Hombre de Kennewick, de 9500 años, hallado en 1996, que no se identifica como “indio”. Hoy empieza a creerse firmemente que los primeros cráneos fósiles se parecen a los antepasados de los polinesios y a los Ainos del norte de Japón, de cultura marítima. De este modo, las primeras oleadas de pueblos no serían los antepasados de los amerindios o aborígenes americanos. Otras oleadas posteriores los sustituyeron, siendo los ancestros de los grupos actuales, aquellos con los que se encontraron los colonizadores europeos. Los estudios de ADN sólo apoyan, de modo bastante genérico, la presencia de ”asiáticos”, aunque un indicador de los genes de los indígenas americanos aparece en genes modernos de Asia central y Europa, y no en las antiguas gentes de Siberia.
Prof. Dr. Julio López Saco

21 de octubre de 2009

El poblamiento americano I: teorías e hipótesis

En relación al poblamiento americano han proliferado diversas teorías, algunas de ellas ya desfasadas o, simplemente, carentes de rigor histórico. Se destacan las siguientes. La que menciona un poblamiento derivado de tribus semitas (fenicios, cartagineses, hebreos emigrados); aquella que señala un poblamiento con gentes africanas, particularmente, egipcias. Esta es la teoría llamada Heliolítica de los especialistas decimonónicos de la Escuela de Manchester. Una tercera, que refiere un poblamiento a partir de múltiples pueblos antiguos, entre los que se destacan los españoles, según el cronista D. Gonzalo Fernández de Oviedo, o los habitantes de la Atlántida; finalmente, un poblamiento originado en el propio continente americano. Se refiere a la teoría poligenista (del siglo XVIII, defendida por Voltaire), la teoría autoctonista (que habla de un homo sapiens americano), y la monogenista, promulgada por Florentino Ameghino. Al tiempo, florecieron una serie de hipótesis científicas, algunas de ellas muy discutibles, pero, en cualquier caso, establecidas en virtud de observaciones, estudios antropológicos y arqueológicos, aunque no carentes de algunas dosis de especulación. Son las siguientes: la del antropólogo Alex Hrdlicka, que habla de que las similitudes entre el hombre asiático y el americano indican la emigración del asiático por Beringia; aquella de Montandon, según el cual, en virtud de las similitudes étnicas entre australianos y malayo-polinesios con los americanos, defiende una emigración desde la Polinesia a través de la isla de Pascua (según Thor Heyerdahl el poblamiento sería, en realidad, al revés, desde América a la Polinesia); la muy conocida de Paul Rivet, que señala un poblamiento múltiple, desde Asia, Australia y desde la región malayo-polinésica; la hipótesis de J. Imbelloni, que también defiende un poblamiento múltiple, que se vería reflejado en la presencia de once grupos étnicos americanos. Habría habido, en consecuencia, siete corrientes pobladoras originarias, con presencia de mestizaje entre ellas: tasmanoides, australoides, melanesoides, protoindonesios, indonesios, mongoloides y esquimales; la de Birdsell, denominada teoría polirracista, que establece un poblamiento a partir de aportaciones dihíbridas asiáticas, esto es, mongoles y amurrianos por un lado, y murrayanos por el otro; la peculiar hipótesis del mencionado Thor Heyerdahl, que afirma que hubo un poblamiento desde el este al oeste, a partir de un mito inca que cuenta el viaje de embarcaciones en una expedición comandada por Topa Inca Yupanqui, que llegarían a unas islas, denominadas Avachumbi y Ninachumbi. En la Polinesia se recogió oralmente la leyenda, que decía que antaño habían llegado navíos comandados por un rey llamado Tupa; aquella del muy reputado José Alcina quien, partiendo de las posibles relaciones trasatlánticas, habla de un poblamiento desde las costas de África noroccidental y las islas Canarias en el II milenio a.C., formado por poblaciones neolíticas (solutrenses del Paleolítico Superior, en realidad, en virtud de la similitud con las herramientas Clovis; sin embargo, la cultura solutrense no incluye la navegación en alta mar ni la pesca, y la similitud no necesariamente implica un mismo origen); y, finalmente, la hipótesis de Estrada y los hermanos Evans, articulada a partir del estudio de la cerámica de Valdivia, en Ecuador y Perú, una de las más arcaicas de América. En virtud de ello ven su precedente en Japón, concretamente en la cultura neolítica Jômon del archipiélago oriental.
Prof. Dr. Julio López Saco

19 de octubre de 2009

Grecia arcaica: el proceso de colonización

La colonización griega comienza a partir del siglo VIII a.n.e. Comandados por un oikistés, fundador y jefe de la expedición, los colonos fundaban una nueva ciudad, a imitación de la metrópoli, que adoptaba sus instituciones políticas y sus dioses, sin que se estableciera entre ambas (colonia y metrópoli), una relación de dependencia política, sino afectiva, con influencias recíprocas. Sus causas pudieron ser variadas. Desde asuntos personales o políticos que generarían exilio, es decir, ostracismo, pasando por la sobrepoblación y las carestías alimenticias, propias de una región continental bastante árida y muy montañosa, hasta el espíritu aventurero y la necesidad de tierras de parte de los propios terratenientes. Se pueden distinguir dos oleadas migratorias colonizadoras: la primera, entre 770 y 675 a.n.e., hacia Sicilia y el sur de Italia (Magna Grecia), y el norte del Egeo, propiciada por polis como Corinto, Megara y las ciudades de la isla de Eubea; la segunda, entre 675 y 600 a.n.e., localizada en Tracia, el Helesponto, Ponto Euxino, Egipto, Cirenaica y el occidente mediterráneo: la futura Galia (Massilia) e Iberia (Ampurias) por parte, sobre todo, de Mileto y de los focenses.
Prof. Dr. Julio López Saco

15 de octubre de 2009

Esencia y manifestaciones de lo religioso

La religión es el hilo conductor de las sociedades, de modo que puede considerarse útil y necesaria, en particular, para dominar la naturaleza e intentar explicarla y entenderla, además de intentar entender el devenir y el comportamiento humano. Es para ello que el hombre genera un sistema de pensamiento y de prácticas rituales que solemos denominar religión. La religión es un sistema simbólico e informativo que depende de la imaginación humana individual y colectiva, y se sustenta en la fe por parte de la gente en los preceptos doctrinales y dogmáticos.
Etimológicamente se relaciona con relegere y religare. Según el primer término, originalmente ciceroniano, la esencia de la religión radica en repetir cuidadosamente un orden original: con la imitación reverente de lo prototípico el hombre descubre y reactualiza lo que tiene verdadero sentido (así sería una relectura interpretativa). Religare se atribuye a Lactancio (siglo III): Dios se liga con el Hombre y lo ata por la piedad, lo que significa que se reduce la religión a un ordo ad Deum, en palabras de Tomás de Aquino. De una manera o de otra, definir religión es definir lo que no tiene confines, lo inefable; conceptualizar lo no conceptualizable. Dentro de la multiplicidad de definiciones de la religión se destacan dos corrientes o perspectivas de estudio: los funcionalistas, como Durkheim o Luckmann, para los que la religión se define en función de la creación o recreación de un consenso normativo y un sentimiento de solidaridad que mantiene unida la sociedad; los sustancialistas-esencialistas (como Rudolf Otto o Mircea Eliade), para los que lo sagrado es la estructura esencial de la conciencia. Se reconoce el Misterio y de él se espera la salvación. Desde este ángulo la religión tendría un significativo sistema de expresiones organizadas: creencias prácticas, símbolos y lugares, espacios, objetos y sujetos., en los que se reconoce adoración y entrega a una realidad trascendente e inmanente al hombre y su mundo.
Desde una perspectiva hermenéutica-simbólica las religiones son condensaciones simbólico-espirituales del sentido, religadoras y co-implicadoras. Son condensaciones porque implican sistemas articulados, estructurados, sistemas solidarios de creencias y prácticas. Además, densifican de modo orgánico lo numinoso, lo divino, y hasta el sentido de la vida. Utilizan el símbolo como mediación intencional, representando lo ausente e invisible e invocando lo inefable. Con el símbolo se logra la relación, la co-implicación, pues liga y emparenta al hombre con lo numinoso, con lo sacro. Articulados estructuradamente como mediadores de lo sagrado, constituyen las hierofanías, que manifiestan lo oculto y hacen patente lo latente, haciendo presente lo trascendente, haciendo nuestro lo otro. La religión religa la realidad en su dimensión de sentido inefable, vivenciada desde una potencialidad fundacional, interpretada en variados imaginarios colectivos (mana-melanesios, wakan o manitú-sioux y algonquinos; orenda-iroqueses, brahman-hindúes). Es la religación a lo Absoluto, lo que significa que el hombre puede acceder al todo pero no totalmente. El Absoluto es el punto desde el cual todo es mirado, y cada religión es un punto de vista referencial.
A pesar del proceso de secularización de la modernidad, hay una vuelta a la religión y el mito, pues tanto una como el otro, persisten, resisten e insisten. Aunque la secularización de la sociedad y la cultura, y el desencantamiento que supone el declive de las experiencias religiosas tradicionales y de la cosmovisión a ellas inherentes, fruto de la modernización y racionalización, ha eliminado algunas formas de presencia de la religión en nuestro mundo, se asiste a un reencantamiento, en palabras de Max Weber, con predominancia de la religiosidad individual (aunque quizá sea este un intento desesperado de adaptación a un ambiente social hostil a la religión). En cualquier caso, secularización no significa fin de la religión, sino de las formas religiosas que no se adecuan a las nuevas condiciones de pluralismo. Modernamente, la religión se valora pero no es ya el centro de la vida personal y social: se la remite al ámbito de lo cognoscitivo-último (creencias teístas, deístas, panteístas[1], y a lo ritual-celebrativo), un desplazamiento que encaja en la era de vacío y de transición civilizatoria caracterizada por las pocas condiciones para la producción de macroideales colectivos o de euforias ideológicas.
Las prácticas rituales, íntimamente conectadas con las religiones, se explicitan en gestos y movimientos, como danzas, la manipulación de objetos de culto, las ofrendas y objetos decorativos, y las alusiones mitológicas, especialmente verbales, en forma de juramentos, votos, sortilegios. Con las ceremonias rituales se comunica simbólicamente el pensamiento de las sociedades, pues representan dramáticamente la actualización de mitos que fundan los preceptos doctrinales. Los especialistas de los rituales son los sacerdotes, encargados del servicio divino en las sociedades jerarquizadas, invocando el poder del Dios para servirle y solicitarle algún favor o ayuda, y los hechiceros o brujos, además de chamanes, personas con especial carisma y prestigio social, que pueden invocar el poder del Dios en su beneficio o para perjudicar a alguien. Los ritos estructuran, articulan y sostienen las experiencias vitales, dramatizando los momentos decisivos de la existencia. Los rituales son sistemas codificados, que poseen un sentido vivido y un valor simbólico para actores y testigos. Los rituales expresan experiencias afectivas y emocionales, frente a liturgias frías, dogmáticas, doctrinales y estereotipadas.

[1] Teísmo: dios providente, creador y personal; Deísmo: Dios autor de todo, de la naturaleza, creador, pero no hay culto ni revelación; Panteísmo: todo el Universo es el único Dios.

Prof. Dr. Julio López Saco

13 de octubre de 2009

Monedas de la península arábiga

La imagen que aquí se presenta corresponde a una moneda tetradracma acuñada en la región del sureste de Arabia, remedando un original del siglo II a.n.e. En esta zona de Arabia se copian los tetradracmas de época de Alejandro Magno. Hubo tres cecas emisoras que acuñaban estas piezas durante el siglo III a.n.e.: Izaros/Filaka, en la costa meridional de Irak, Gerta/Thadj, en Arabia Saudita y Tylos (Bahrein). En ellas, el nombre del macedonio es sustituido por el de algunos monarcas locales.
Prof. Dr. Julio López Saco

9 de octubre de 2009

Minorías étnico-religiosas en India: Sijs y Parsi

La religión Sij (Sikh panth), fue fundada a comienzos del siglo XVI por el gurú Nanak en el Panjab. La doctrina se afianza en la presencia de un monoteísmo total, en las acciones virtuosas de los gurúes, en total diez tradicionales, responsables de renovar la experiencia religiosa, en la repetición formularia del nombre de dios (nam japan) y en un cúmulo de normas éticas. No existe ni ascetismo ni monaquismo, de forma que la rigurosidad es menos extrema que en otras corrientes religiosas. El libro sagrado (Adi Sri Guru Granth Sahib Ji), recopila cantos y composiciones poéticas realizadas por los diez gurúes, auténticas encarnaciones de un único espíritu divino, a lo que se suman otras composiciones místicas hindúes y musulmanas. De espíritu religioso y guerrero, se destaca también la khalsa o comunidad de guerreros de ambos sexos, obligados a defender la comunidad de los ataques musulmanes. Los Parsi, por su lado, son descendientes de persas de religión zoroástrica huidos de la obligada conversión al isla'tras la conquista árabe de Irán, hacia 651. Originarios de la región de Khorasan, se establecieron en el noroeste de India, fundando el asentamiento de Sanjan en Gujarat. Con el paso de los siglos, los parsi, que se expresan habitualmente en gujarati (lengua indoaria vernácula derivada de los prácritos), se han integrado socialmente en la cultura india.
Prof. Dr. Julio López Saco

7 de octubre de 2009

Paleoantropología Humana III: Homo antecessor


Homo antecessor (800000 años), fue descubierto en 1997 por el equipo compuesto por Bermúdez de Castro, J.L. Arsuaga, E. Carbonell, A. Rosas, I. Martínez y M. Mosquera, en el yacimiento de Atapuerca, Burgos, concretamente en la Gran Dolina. Esta especie presenta rasgos muy arcaicos que recuerdan otras tan antiguas como el Homo habilis, diferenciándose claramente de los nuestros. Sin embargo, sus huesos faciales son similares a los de Homo sapiens, poseyendo, en consecuencia, una cara muy moderna. Con una capacidad craneal en torno a los 1000 cc, puede considerarse el eslabón que une al Homo ergaster y enlaza con las formas más cercanas a nosotros. Si aceptamos el origen africano de nuestra especie hace unos 150000 o 200000 años, debemos también aceptar un origen africano para esta especie, muy probablemente a partir de poblaciones pertenecientes a H. ergaster. Del mismo modo es sumamente probable una continuidad evolutiva de H. antecessor en África, que culminaría con la aparición de las poblaciones humanas modernas.
Las imágenes correponden a un cuadro que presenta la filogenia del género Homo y al frontal y maxilar de la especie Homo antecessor (nomenclaturas ATD6-15 y ATD6-69, respectivamente).
Fotografías cortesía de Biblioteca Cervantes. Para saber más: www.portalciencia.net
Prof. Dr. Julio López Saco

6 de octubre de 2009

Paleoantropología humana II: Homo Heidelbergensis

Homo heidelbergensis es un individuo alto y fuerte, con un cráneo de gran capacidad, en torno a los 1300 cc. Presenta una gran abertura nasal y mandíbulas salientes. Se le considera una especie intermedia entre el Homo antecesor y el Neandertal. Cronológicamente, sus fósiles datan entre 600000 y 250000 años, tanto en Europa como en África. El resto fósil que le ha dado nombre es una mandíbula hallada en Mauer. Otros restos significativos son los de Bodo, en Etiopía, Kabwe en Zambia, Dali en China y Swascombe en el Reino Unido, entre otros. En el yacimiento de Terra Amata, en Francia, se hallaron restos de refugios construidos durante la época de esta especie.
Prof. Dr. Julio López Saco

5 de octubre de 2009

Algunos aspectos culturales del feudalismo japonés

Podríamos destacar cuatro elementos fundamentales: la vida en los monasterios budistas zen, la ceremonia del té (chanoyu), las artes plásticas, en específico la arquitectura y la pintura, y el teatro, concretamente el Nô-Kyôgen. El clero zen se convertirá, en el Japón feudal (desde el siglo XII al XIX), en una rama letrada del shogunato, en virtud de que en los monasterios se redactaban documentos diplomáticos y era desde ellos desde donde partían los monjes como embajadores, generalmente hacia China. Además, se convirtieron en los consejeros espirituales del shogun. La aristocracia bushi tomaba el té como un pasatiempo social, si bien, antigüamente, durante las reuniones para degustarlo, se enseñaban los accesorios utilizados, de manera que también era un pasatiempo estético. No obstante, su significado principal es el religioso, pues el té se tomaba tras una rigurosa preparación ritual en un espacio especialmente diseñado para ello, generalmente de gran austeridad. Esta ceremonia se convertirá en un vehículo de difusión de los gustos artísticos, en concreto de la cerámica, la arquitectura y la pintura. La arquitectura japonesa del período se caracteriza por su subordinación al ambiente natural, con la presencia de jardines para la contemplación, y por el predominio de la madera como material constructivo. El estilo nacional, que ahora florece, parte de influencias chinas, visibles en la localidad de Nara, aunadas con el denominado estilo estudio, que emplea tatami para los suelos y crea salas de exposiciones para diversos objetos artísticos. La pintura deriva del paisajismo chino, aunque desarrolla un estilo autóctono, monocromo (agua y tinta), como fundamento de un estilo impresionista denominado salpicados de tinta, en el cual se reflejan e interpretan de modo realista y naturalista las montañas y los valles nevados. Una mayoría de estos pintores eran, a la vez, monjes budistas zen. El teatro se consideraba un modo de recreación de la vida social de los bushi. Nô eran representaciones dramáticas religiosas y de una gran seriedad y formalismo, mientras que kyôgen eran intermedios cómicos realizados por mimos. Esta forma teatral, propia de la aristocracia militar samurái, agrupaba bailes de máscaras de tradición cortesana, danzas rituales shintoístas y budistas, así como representaciones de carácter didáctico. En el Nô se introducen la danza y la música, de manera que se puede considerar como dramas musicales estilizados, combinados con la poesía, una específica vestimenta y máscaras. Las obras, de accionar simbólico y con muchos mensajes de corte sintoísta, se representaban sobre escenarios austeros, sin decoración. La cultura de los Choonin, una clase de servicio, comerciantes y artesanos, que vivían extramuros, fuera de la zona fortificada de las ciudades, refugio de la clase dirigente samurái, desarrollaron, a su vez, un modo de vida y de pensar diferente al refinamiento aristocrático. En su papel de nueva clase media urbana confirieron un cariz iluminista a la cultura japonesa de la época. Convertidos en los auténticos amos de las finanzas Tokugawa, crearon un espacio cultural propio, centrado en los barrios de placer, cuyo núcleo básico eran las célebres geishas y los actores de teatro kabuki (kuruwa). La consecución del objetivo primordial choonin, suscitar emociones sin criticar, a través de las comidas y los placeres de la carne, el juego por dinero, la pasión por el teatro desenfadado (de muñecos, Ningyoo-Dyooruri, y kabuki) y, en esencia, el puro entretenimiento, etiquetó a este grupo como el desencadenante de una cultura decadente y grosera, frente a los ideales y valores clasistas aristocráticos bushi. Los Choonin y su cultura desarrollaron, finalmente, un estilo pictórico propio, u-kiyoe (“estampas del mundo flotante”, mundo de las apariencias, impermanente, fluctuante, efímero y transitorio, característicamente budista), ostentoso y muy decorativo, cuya más elevada expresión se alcanzó en el siglo XVIII con pintores como Hokusai y Utamaro. Estos grabados, xilográficos o en madera, fueron iniciados en el período metropolitano Edo-Tokyo, producidos, en consecuencia, en el Japón de los siglos XVII al XX. Muestran imágenes paisajísticas, del teatro y de los cuartos del placer. Su origen directo se encuentra en los trabajos de un solo color de Hishikawa Moronubu en la década de 1670. En su mayoría eran adquiridos por habitantes que, habitualmente, no podían comprar una pintura original. El tema original de los ukiyo-e era la vida de la ciudad, las actividades y escenas de los lugares de entretenimiento mundano. Bellas cortesanas, luchadores de sumo y actores populares eran representados realizando acciones atractivas. Se destacaron sobremanera los shunga, de contenido sexual.
Prof. Dr. Julio López Saco

2 de octubre de 2009

Fósiles Humanos Africanos II: Huellas de Laetoli

La imagen corresponde a las famosas huellas de Laetoli, Tanzania, datadas en 3.6. m.a., y descubiertas por M. Leakey en 1978-1979. Las icnitas están preservadas en ceniza volcánica. Las huellas homínidas, presumiblemente de austrolopitecos, fueron producidas por tres individuos, uno caminando sobre las huellas de otro.
Prof. Dr. Julio López Saco

Paleoantropología humana: Homo Ergaster


Homo ergaster (1.8 m.a.), fue descubierto en 1975 por Bernard Ngeneo, C. Groves y V. Mazak. Aunque algunos paleoantropólogos creen que corresponde a un antiguo erectus africano, es probable que ergaster sea un vínculo directo con los hombres modernos. Entre los especímenes más relevantes se encuentran el KHM-HEU 3733 y el fósil KNM-WT 15000, llamado Niño Nariokotome o Niño de Turkana. Este último fue hallado por K. Kimeu en 1984, en la localidad de Niriokotome, Kenia. Su primera descripción apareció en la revista Nature un año después, siendo considerado como un Homo erectus. Se trata de un joven de unos 13 años con una clara habilidad para desplazarse bípedamente, a pesar de algunas semejanzas cercanas a los austropitecinos.
En las imágenes vemos el fósil correspondiente el Niño de Turkana y la industria lítica asociada con esta especie, así como una fichja técnica descriptiva de la misma.
Pro. Dr. Julio López Saco

Poesía clásica china: Shijing

Shijing, traducible como Libro de las Canciones, Poesías o de las Odas, está conformado por una colección de poesías escritas en época Zhou, en concreto en el período de Primaveras y Otoños (771-484 a.C.), divididas en varios capítulos, Daya, Xiaoya, Guofeng, Zhuosong, Lusong y Shangson, que abarca unos 305 poemas. Shijing fue el resultado del minucioso trabajo de funcionarios enviados por los reyes a recopilar canciones populares, que serían interpretadas posteriormente en palacio y conformarían, así, el núcleo de la composición de la música de corte. Si bien los poemas no son anotaciones históricas en sí mismas, reflejan hechos sociales característicos de los campesinos y soldados. La obra es un reflejo de los ambientes sociales, profundamente religiosos, de la dinastía Zhou, y de varias características propias de la vida cotidiana.
Veamos unos ejemplos personalmente escogidos
Odas de Shao y el sur. Odas nº 12 y 14

維鵲有巢、維鳩居之。之子于歸、百兩御之。
維鵲有巢、維鳩方之。之子于歸、百兩將之。
維鵲有巢、維鳩盈之。之子于歸、百兩成之。

El nido es el de la urraca; La paloma habita en él. Esta joven dama va hacia su futura casa; Un centenar de carruajes la rodean. El nido es el de la urraca; La paloma lo posee. Esta joven dama va hacia su futura casa; Un centenar de carruajes la escoltan. El nido es el de la urraca; La paloma lo llena. Esta joven dama va hacia su futura casa; Cientos de carruajes la engalanan

喓喓草蟲、趯趯阜螽未見君子、憂心忡忡。亦既見止、亦既覯止、我心則降。
陟彼南山、言采其蕨。未見君子、憂心惙惙。亦既見止、亦既覯止、我心則說。
陟彼南山、言采其薇。未見君子、我心傷悲。亦既見止、亦既覯止、我心則夷。

Yao-Yao era un insecto de las hierbas, saltaba sobre las tolvas. Mientras no vea a mi señor, Mi corazón tristemente se agita. Permítanme que lo vea, Permítanme reunirme con él, Y mi corazón será apaciguado. Ascendí esa colina en el sur, Y reuní los helechos de pie de tortuga. Mientras no vea a mi señor, Mi entristecido corazón estará muy apenado. Permítanme que lo vea, Permítanme reunirme con él,Y mi corazón, entonces, estará agradecido. Ascendí esa colina en el sur, Y reuní los helechos espinos. Mientras no vea a mi señor, Mi apenado corazón estará herido por el dolor. Permítanme verlo.
Prof. Dr. Julio López Saco

1 de octubre de 2009

Educación tradicional en China: Academias

Las Academias, Shu Yuan, dieron lugar a una particular forma de enseñanza superior, generalmente de carácter privado, a partir del final de la dinastía Tang (618-907). En un principio, eran oficinas gubernamentales en las que se recopilaban, revisaban y conservaban libros, pero posteriormente se convirtieron en espacios en los que los eruditos ejercían su propia enseñanza privada. Estas auténticas Academias, como Bailudong, Kaoting, Yuelu, Shigu, Yintianfu, Chongshan, la casa de la excelencia Cangzhou, la casa de la excelencia Zhulin y el salón Xuehai, entre otras famosas, surgieron a partir de la época de las Cinco Dinastías (907-960), proliferando entre los Song (960-1279). Aunque administradas por eruditos y sabios, después de los dinastas mongoles (Yuan), la mayoría pasaron a ser controladas por el gobierno de turno. Las Academias hacían énfasis en la profunda integración de la enseñanza con la investigación académica, promoviendo el debate abierto y libre al respecto de diversos problemas académicos. Muchos de tales debates se convirtieron en dialécticas controversias sobre el respeto al conocimiento, los valores de la justicia o la rectitud, además de críticas al gobierno imperial, a personajes públicos o a ciertos asuntos de Estado. Del mismo modo, también las Academias procuraron apoyar y promover el estudio individual, independiente, de los estudiantes, en combinación con las orientaciones del maestro, si bien contemplaban en sus programas conferencias magistrales habituales. Esto significaba, en esencia, que los estudiantes desarrollaban sus propios trabajos de investigación, convirtiéndose en tesis publicadas por las propias Academias. El estrecho vínculo entre el aprendizaje y la reflexión o el pensamiento se hacía imprescindible, pues el primero sin el segundo es, simplemente, una acumulación de informaciones, mientras que reflexionar sin aprender es sólo soñar despierto, no es práctico. De este modo, el ejercicio del escepticismo era considerado capital, pues evitaba puntos de vista unilaterales y motivaba el desarrollo de las capacidades de los estudiantes para un pensamiento realmente independiente. También debía existir una estrecha relación entre la enseñanza y el aprendizaje. Los estudiantes, al aprender y poner en práctica lo aprendido, observan que sus conocimientos no son suficientes, en tanto que los maestros, a través de la práctica, encuentran que sus capacidades son limitadas. Cuando los primeros descubren sus debilidades, se pueden examinar con mayor objetividad y se podrán esforzar más estudiando, mientras que los segundos, al adquirir clara conciencia de sus humanas limitaciones, acabarán trabajando con mayor tesón con el objetivo de mejorar sus habilidades educativas; así pues, maestros y estudiantes estaban, en este sentido, a la par, en un plano de igualdad. Aunado a lo anteriormente señalado, los maestros establecían un ambiente natural ideal, en lo que hoy denominaríamos campus, así como un ambiente cultural armonioso, en el que la relación maestro-estudiante era no sólo académica sino también afectiva. Ambos convivían, en consecuencia, discutiendo problemas de índole académica pero también situaciones sentimentales propias. En las Academias, lugares de estudios avanzados, sabios y discípulos debatían, por tanto, el pensamiento confuciano y compilaban y publicaban, al menos desde la dinastía Song, diversos textos. A los sabios, considerados adjuntos a la Academia, solía asignárseles un estipendio y una habitación. Quizá la más elitista de las Academias fue la de Hanlin, fundada en el siglo VIII con la intención de formar altos funcionarios cortesanos y archiveros. Hasta el fin del imperio chino los graduados aquí actuaban como secretarios, consejeros imperiales y altos cargos, trabajos por los que eran considerados héroes nacionales.
Prof. Dr. Julio López Saco