9 de enero de 2023

Mitología nórdica: Ragnarök, un final para un nuevo inicio


Imagen: el dios Thor peleando contra la serpiente Jörmundgander, en un cuadro de Johann H. Füssli (1788).

Los comienzos de la mitología nórdica se asocian a una religiosidad que fue elaborada por una sociedad guerrera y también agraria. A pesar del proceso de cristianización sufrido, la mitología y la religiosidad ha quedado vinculada al folclore y a la cultura popular, hasta el punto que los resurgimientos neo paganos de nuestros tiempos beben en esas fuentes.

Uno de los episodios destacables en el marco de esta mitología radica en el ineludible compromiso que las deidades tienen de cumplir un inevitable destino, que supone su muerte así como la destrucción del mundo conocido, lo cual dará paso a la construcción de uno nuevo. Es un relato influenciado por la tradición cristiana y, sobre todo, por los pormenores de la descripción del apocalipsis.

El término Ragnarök contiene el sufijo rök, que significa condenación, de ahí que estemos ante la condenación de las deidades. El final del mundo y el mito correspondiente viene precedido por aquel que narra la muerte de Baldr.

La destrucción del mundo natural tal y como es conocido conlleva la destrucción de la mayoría de los dioses a consecuencia de una guerra en la que estarán involucrados los Asir principales contra Surtur y un considerable conjunto de criaturas maléfica mitológicas malvadas. Las divinidades de la mitología nórdica tienen naturaleza divina, pero a la par pueden llegar a ser mortales. El final que supone Ragnarök es, en realidad, el principio de un mundo nuevo, positivo y sin maldad en su génesis.

Baldr, acostumbraba a tener sueños anunciadores de desastres personales y de malos augurios para las demás deidades. Un día decidió contarles a los dioses lo que le ocurría. Éstos se reunieron para averiguar qué pasaba y por qué el dios corría serio peligro. Decidieron hacer lo posible para que Baldr no tuviera problema alguno con nada. Para ello, la pidieron a su madre, de nombre Frigg, que pactase con los elementos, la naturaleza y las criaturas que en ella habitan para que nada pudiese herir a Baldr. Para comprobar la fiabilidad del pacto, los Asir quisieron probar la inmortalidad del dios asaeteándolo, tirándole piedras y golpeándole.

Pasada la prueba con éxito, un dios, Loki de nombre, parecía molesto con la lograda inmortalidad de Baldr, Vestido de mujer, Loki llega hasta Fensal, donde moraba Frigg. Allí le comentó que los dioses se divertían golpeando con objetos a Baldr.

Loki preguntó si todas las cosas creadas juraron no dañar a Baldr. Frigg le respondió con honestidad que al este del Valhalla una joven e inocente criatura llamada Mistelten (planta del muérdago blanco), no fue obligada a prestar juramento en función de sus virtudes e ingenuidad. Esta sería una vital información. Después de la conversación, Loki se dirigió al oriente del Valhalla, en donde arrancó el muérdago blanco. De vuelta a la asamblea en donde golpeaban a Baldr, convenció a Höðr, el hermano invidente del propio Baldr, de divertirse también, aunque no pudiese arrojar nada por su discapacidad. El malvado Loki acabó persuadiéndolo, al decirle el lugar hacia donde debía tirarle algo a su hermano y qué objeto emplearía. Así, le dio una parte de la rama del Mistelten. De esta manera, Baldr murió.

Los dioses, enfurecidos, clamaron venganza. Frigg preguntó quién quería conquistar su benevolencia yendo a buscar a Baldr hasta Hel; es decir, el inframundo, con el objetivo de hacer regresar después de abonar un rescate por su cuerpo. Hermod el Valeroso, hijo de Odín, se ofreció voluntario. Mientras Hermod cumplía su misión, los demás Asir llevaron el cadáver de Baldr hasta las orillas del mar para cremarlo. El barco Hringhorni se negó, de forma que se envió un heraldo a Jötunhem, para que alguno de los gigantes lograse mover el barco. Una gigante, Hyrrocken, montada en un lobo, se acercó y alejó el barco mar adentro. Thor, incapaz de evitar su ira, golpea a la giganta con su enorme martillo.

Finalmente, la esposa de Baldr, Nanna se ofreció a inmolarse con su marido en el barco. Al funeral, en las costas de Asgard, asistieron gentes de todo tipo y condición, además de todos los dioses con sus criaturas. Hermod continuaba son su largo viaje. Al llegar al lado de la guardiana Modgunna le dijo que se dirigía al sitio donde viven los muertos y habita Hela, en una misión divina de lo más vital: buscar el alma de Baldr, Al llegar se encontró con Baldr, que aguardaba su destino. Hela consintió en dejar regresar al dios junto con los Asir. Pero para hacerlo, todos debían mostrar verdadera tristeza por su muerte. Una gigante, Thoecka (Loki metamorfoseado) no quiso llorar la pérdida de Baldr para evitar su regreso al mundo de los vivos.

Descubierto el culpable, Loki empezó a ocultarse en diversos lugares adoptando distintas formas. Acabó siendo capturado por Thor. El castigo impuesto fue terrible, tanto para él como para su familia. Se trata de un castigo para siempre, hasta que se libere de sus ataduras en el Ragnarök.

El Ragnarök llegará en el momento en que venga un invierno de nombre Fimbul, que será muy intenso y durará tres años. Se desatará una guerra entre todas las criaturas, en tanto que las divinidades se enfrentarán contra los gigantes y contra sus propias familias. Se sucederán las armas, primero el hacha, luego la espada y ya al final la muerte. Todo antes de que llegue el fin del mundo. Uno de los vástagos de Fenrir, Skoll, se comerá al Sol y su hermano Hati, a la Luna. A continuación, caerán las estrellas y se desatarán espantosos movimientos sísmicos en la tierra, rompiéndose así las cadenas que ataban a Fenrir, liberando al hijo de Loki.

El océano, que ocultaba en sus límites a la serpiente Jörmungander (el otro de los hijos de Loki transfigurado), chocará con la tierra de los gigantes, haciendo que el ofidio ataque Midgard. El barco Naglfar conducirá a todos los gigantes hasta el campo de batalla, mientras el lobo Fenrir abriendo su boca, provocará el caos destruyendo todo. La serpiente Jörmungander envenenará el cielo y el aire. Los hijos monstruosos de Loki destruyen el mundo.

Las hordas de gigantes de fuego y otras criaturas formarán un ejército, dirigido por Surtur, que unido a los hijos de Loki pasarán por el Bifrost, rompiendo el puente que une todos los reinos hasta llegar a la llanura de Yigrd (Vigrid), lugar de los combates. Loki se liberará de sus ataduras, reuniéndose con todos ellos.

Los Asir y los Vanes se reunirán, en tanto que Odín acudirá al pozo de la sabiduría para hallar la cabeza de Mimir. El fresno Yggdrasil (árbol que es axis mundi) temblará y todos los reinos sufrirán. Los Asir reunirán los guerreros del Valhalla, que serán comandados por Odín. Este dios se enfrentará a Fenrir. Thor, por su parte, vencerá en épico combate a la sierpe Jörmungander, pero al tiempo la serpiente le envenenará, poniendo fin a su vida. Fenrir acabará devorando a Odín, y Vidar, hijo de Odín, le hará frente, matándolo finalmente. Loki se enfrentará a Heimdal y ambos morirán en su pugna. Surtur, que vence a Frey, destruye todo con fuego y con su ira. Es el instante en que el océano inundará la tierra.

No obstante, quedará un sitio en el que los humanos vivirán eternamente. También una playa donde habitarán los muertos, en pequeños espacios orientados al norte. Las personas perversas irán a parar aquí tras el Ragnarök, mientras que en el Hvergelmer, Nidhoegg roerá los cuerpos de los muertos eternamente. En cualquier caso, habrá sobrevivientes, sobre todo, ciertos dioses y otras criaturas. Del mar provendrá una tierra virgen verde de la que crecerán los cereales, procurando alimento. Sobrevivirán, por ejemplo, los hijos de Thor, Magni y Modi, y Baldr y Hödr volverán a la vida después del combate.

Del fuego que generó Surtur saldrán dos humanos, Lif y Lif-Thraser, quienes procrearán para repoblar la tierra de nuevo. Su alimento será únicamente el rocío. El Sol dejará a su hija en la función de su vital labor, lo mismo que hará la Luna. De este modo, habrá supervivencia de la vida tras el terrorífico Ragnarök.

Estamos en presencia, por consiguiente, de una cosmología cíclica, que implica una continua destrucción y renacimiento. El nuevo mundo busca lograr estabilidad, eliminado el mal y buscando desarrollar una vida estable. Sin embargo, el caos se volverá a generar, de forma que otra vez se destruirá todo y volverá a resurgir la vida. El proceso, interminable, se reanuda tras el Ragnarök con el resurgimiento de las y con la creación de una humanidad nueva. Un mitema, un tema recurrente, como se puede comprobar (diluvios, por ejemplo), muy extendido en las distintas mitologías antiguas.

Prof. Dr. Julio López Saco

UM-AEEAO-UFM, enero, 2023. 



 

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