Imágenes:
arriba, el gran Buda sentado del templo del Wat Si Chum; abajo, una perspectiva
general del Templo de Phimai.
Un
gran porcentaje de la población tailandesa, en torno al noventa por ciento del
total, es budista. Fueron los comerciantes y misioneros los que jugaron un
papel relevante en la diseminación del mensaje del Buda. Al margen de algunas
creencias, que sitúan el enraizamiento del budismo en Tailandia en la época del
Buda mismo, lo cierto es que su penetración de produjo durante el predominio de
la dinastía maurya del rey Asoka en India (273-235 a.e.c.).
El
contacto de India con Tailandia puede retrotraerse al siglo IV a.e.c., como se
ha evidenciado en las excavaciones del sitio de enterramiento de la Edad del
Hierro de Ban Don Ta Phet. En sitios antiguos como Ban Chieng, Ban Na Di, Non
Muang y Ban Tha Kea, han aparecido rosarios de vidrio.
Las
primeras evidencias del budismo en Tailandia se encuentran en los peines de
marfil que contienen motivos iconográficos budistas del arte de la escuela de
Amaravati. El reino Mon de Dvaravati, por su parte, presenta sitios budistas en
los que se han descubierto imágenes del Iluminado.
En
los siglos III y IV los misioneros búdicos Theras Sona y Uttara llegaron a Suvarnabhumi,
cuya capital estaba ubicada en Nakon Pathom, para difundir la fe budista. Este
evento primordial fue conmemorado con la construcción de la gran estupa de
Pathom Chedi. En el siglo VII se constata una segunda fase en relación a la
presencia del budismo en Tailandia, cuando se verifica la presencia del budismo
del Mahayana en el sur del país. Una fase posterior, la tercera, se conoce como
la del budismo Theravada Pukam (Pagan). Esta escuela o corriente fue
introducida en el siglo XI procedente de Thaton, la capital Mon, aunque algunos
historiadores creen que pudo proceder de Nakon Pathom. Bajo el reinado del rey Rama
Kamhaeng (1239–1298), comienza a predominar una cuarta etapa, conocida como Lankavong,
que supone un budismo que proviene de Sri Lanka. La isla, hay que recordarlo,
había llegado a ser un destacado centro de budismo Theravada hacia el siglo
XII.
Los
gobernantes locales legitimaban su posición de privilegio recurriendo a los dharmasastras hindúes y a los rituales
brahmánicos. Los brahmanes (phrams in
Thai), realizaban diversos rituales que se conectaban con la realeza.
Existe,
en cualquier caso, una coexistencia de elementos indígenas con otros que no lo
son en el budismo Thai[1].
Así, la creencia animista en phi
(espíritus) es común en Tailandia. Se trata de espíritus de la casa, de la
ciudad, de las cuevas y de otros lugares, que se vinculan con lo mundano, con
problemas como la salud o la prosperidad. Algunos modelos de casas fueron
construidos para servir como hogares de dichas entidades espirituales. Se
produjo una combinación entre phi, un
concepto autóctono, y thewada (es decir, Devata, deidad), una idea propia de la
cosmología budista e hinduista. Además, en conjunción con las prácticas
animísticas, el budismo también interactuó con patrones culturales hindúes, un
hecho que se concretó en dos niveles, uno de ellos operando en el seno de la
realeza, mientras que el otro presente en el sistema social, las costumbres,
las artes y otros aspectos de la cultura.
En
relación a las festividades, celebraciones y cultos, se puede destacar el
Festival de las Flores de Chiang Mai, en febrero, es llevado a cabo en recuerdo
de la predicación del Buda hacia los monjes. Por su parte, el Festival Songkran,
que se celebra a mediados del mes de abril, marca el comienzo del Año Nuevo
budista. Durante este festival, los participantes thai se arrojan agua unos a
otros como símbolo de limpieza y renovación. Las ofrendas se hacen en los
templos (denominados wat en
Tailandia) y los monjes reciben alimentos y nuevas vestimentas. Un polvo blanco,
además, es arrojado sobre los rostros como una señal de protección frente al
mal. A lo largo del mes de mayo se celebran el día de la coronación y el
Visakha Puja en memoria de la vida del Buda.
El
célebre festival de la Ceremonia de la Real Arada se inició en el período de la
dinastía Sukhothai, y marcaba el comienzo de la estación del crecimiento del
arroz. Se observaba dos veces al año a través de dos ceremonias, la del cultivo
del cereal y la del arado de la tierra. Las ceremonias en Sanam Luang, las de
los Suelos Reales, contaban con brahmanes que entonaban una serie de cánticos. Por su parte, el Asalha Puja, que se celebraba
en el mes de Julio, conmemoraba el primer sermón del Despierto. Los budistas chinos en Tailandia
observaban una festividad de nueve días de duración (entre septiembre y
octubre), durante la cual solamente comían vegetales. En noviembre, se celebra
el Festival Loi Krathong, en particular en las noches de luna llena. La gente
se mete en un canal o en un río en pequeños botes con flores, incienso y velas
con la esperanza de propiciar la buena fortuna.
Otros
festivales thai, como el de Loh Chingecha (Ceremonia de la Oscilación), Loi
Krathong (Festival de las Luces), o el Baruna Satra (Festival de la Lluvia),
también mantienen tradiciones hindúes y budistas muy claras.
La
lengua oficial de Tailandia es el Thai, cuyo alfabeto deriva de la escritura
india Devanagari. Se originó durante el reinado del rey Rama Khamheng de Sukhothai,
en el siglo XII. La lengua thai absorbió palabras del jemer, el pali y del
sánscrito. Algunos de los antiguos nombres de lugar en Tailandia tienen su
origen en el sánscrito. Es el caso de Sukhothai, Ayuthia, Haripunjaya, Lopburi,
Dvaravati o Sajjanalaya. La influencia india es notablemente marcada, también,
en los nombres de los reyes (así, Indraditya, Rama, Ananda, Suryavamsa,
Cakrapat o Trailok). Innumerables palabras en la lengua Thai se originaron en
sánscrito. Entre ellas se incluyen Akas (Akas), Maha (Maha), Sthani (Sthan),
Racha (Raja), Sabadi (Svasti), Pratehet (Prades) o Tepa (Deva), además de Thatu
(Dhatu), Phram (Brahmana), Nakhon (Nagara) y Sakhon (Sagara), entre otras
muchas.
La
literatura clásica en Tailandia se fundamenta sobre las leyendas, la historia y
la tradición. Los textos clásicos indios han tenido una gran influencia sobre
la literatura thai. En tal sentido, las historias de Sakuntala o Madanabodha
Savitri, forman parte inextricable de la misma. Las historias narradas en el
Ramayana se incorporaron en la literatura thai. El rey Rama I fue el que
autorizó la versión thai de la antigua epopeya en sánscrito, en este caso con
el nombre de Ramakien. La obra ha
influenciado la literatura pero también en gran medida, la danza, el drama o la
pintura. No obstante, el Ramakien difiere,
en varios aspectos, del Ramayana
original de Valmiki.
La
arquitectura, como también será el caso de la escultura, de Tailandia, estuvo
muy influenciada por los estilos jemer e indios. Al préstamo de diversos conceptos
se une, sin embargo, un toque indígena en los diseños arquitectónicos y
artísticos en general. Los sitios históricos, así como las estructuras,
incluyen el Templo del Buda Esmeralda, el Gran Palacio, el Wat Suthat, el Wat
Arun y el Wat Benchamabophit. El tejado escalonado de la arquitectura thai
estuvo claramente influenciado por la forma del sikhara de los templos hindúes.
Las
diversas escenas del Ramakien se han
hallado en los templos tailandeses. Así, por ejemplo, en los bajorrelieves del
Templo de Phimai se pueden observar escenas que representan la batalla de Rama
con Ravana; las pinturas de la galería externa del Templo del Buda Esmeralda
representan escenas del Ramakien
tales como la que muestra a una arrepentida Sita durante su estancia en Lanka o
la más común de la batalla entre el demonio Ravana y el héroe Rama.
La
escultura comprende iconos de los dioses hindúes así como imágenes de Buda. Las
imágenes de Visnú se pueden contemplar en
el Si Thep (Sri Deva), en el área de la cuenca del Chao Praya, que se
datan a fines del siglo VI. Grandes estatuas en bronce de Siva y Visnú se
erigieron, así mismo, en Kampen Phet. En Tailandia, el budismo y el hinduismo
pueden encontrarse, a menudo, fusionados, sin que exista una real
diferenciación.
En
Sukhothai, el Wat Pra Pai Luang y el Wat Sisawai fueron construidos para la
adoración brahmánica, tal y como se desprende de la presencia de esculturas de
dioses y diosas hindúes. Los iconos de Hanumán, Parvati, Indra, Ganesha o
Brahma, entre otros, se encuentran con relativa frecuencia en los wats tailandeses. Por su parte, las
imágenes de Buda en distintas poses (sentado, de pie o en posición reclinada),
adornan numerosos monumentos. En este sentido, una obra emblemática es el
enorme Buda sentado del Wat Si Chum.
Las
pinturas sobre los muros de los templos, en los interiores de los palacios,
sobre estandartes de tela o en manuscritos, son muy abundantes. Los murales en
el Wat Suthat de Bangkok y en el Wat Suwannaram de Thon Buri, presentan
ejemplos muy notables con representaciones de los episodios de la vida del
Buda, las historias Jataka, así como
diversas escenas del Ramakien.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP- Ugr. Mayo, 2017.
[1] El grupo étnico thai constituye la gran mayoría de la población de Tailandia. Los Khon Thai emigraron a Tailandia en diferentes momentos históricos, pero principalmente tras la conquista del reino de Nanzhao (de mayoría de población Bai, en la región de Yunnan en China, con capítal en Taihe) por parte de los mongoles en el siglo XIII. Otros diversos grupos tribales son los Hmong (Meo), los Akha, Karen, Lahu, Mien y Lisu.