26 de noviembre de 2010

Las Necrópolis etruscas: desde los enterramientos villanovianos a Cerveteri y Tarquinia





LA PRIMERA FOTO MUESTRA UNAS PINTURAS MURALES DE LA DENOMINADA TUMBA ETRUSCA DE LOS LEOPARDOS, EN TARQUINIA; LA SEGUNDA, PINTURAS DE LA TUMBA DEL TRICLINIO.

En las tumbas villanovianas, datables entre los siglos IX y VIII a.n.e. encontramos oquedades cilíndricas que contienen urnas cinerarias, cubiertas por una vasija plana o un casco. En el período de las tumbas orientalizantes (segunda mitad del siglo VIII a.n.e.), cuando se introduce gradualmente la inhumación, encontramos objetos en metales preciosos orientales, así como cerámica inspirada en prototipos griegos, lo que indica un progresivo aumento de la riqueza de los propietarios de estas tumbas. La tumba más representativa es una denominada con el nombre del faraón egipcio de la dinastía XXIV Wahkare (720-715 a.n.e.), a quien los griegos llamaron Bocchoris. En ella fueron encontradas placas de oro, vasos de madera, de factura local, bronces y cerámica geométrica itálica. Muchas de estas necrópolis están decoradas con criaturas fabulosas, y con figuras humanas y animales en relieve, semejantes a las pintadas sobre vasos corintios y rodios. Entre las tumbas, de corte aristocrático, del período arcaico destacan, entre otras, dos: la primera, la necrópolis de Banditaccia, en las afueras de la localidad de Cerveteri, que presenta miles de tumbas que siguen el plan urbanístico de una urbe, con sus barrios, calles y espacios abiertos. Las tumbas de este cementerio son de diferente estilo funerario, tanto túmulos y zanjas excavadas en la piedra, como oquedades en la roca en forma de chozas o casas. Presentan una significativa profusión de detalles en su estructura, que hacen de ellas los únicos rastros de la arquitectura residencial etrusca. La segunda, es la necrópolis de Tarquinia, conocida como Monterozzi, que consta de casi seis mil sepulcros excavados en la roca. Doscientos nichos de las mismas están decorados con pinturas. Las sepulturas más antiguas datan del siglo VII a.C., si bien la datación de la mayoría se ubica entre los siglos VI y IV a.n.e.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, 26 de noviembre del 2010

22 de noviembre de 2010

El final del imperio en China (II): Qing o el poderío Jürchen

QUEMADOR DE INCIENSO, DINASTÍA QING; Y PASO DE SHANGHAIGUAN, HEBEI, TAMBIÉN DE ÉPOCA QING.
El traspaso de las poblaciones manchúes (jürchen descendientes de los tungús que fundaron el imperio Jin en el siglo XII) de la Gran Muralla y la consiguiente conquista de China, como señores cuyo destino era reinar sobre una población de esclavos, como habían hecho los mongoles siglos atrás, trae emparejado consigo, a la par que la consolidación de un poder más autocrático, extensivo (13 millones de kilómetros cuadrados a fines del siglo XVIII), y aislacionista que el Ming, el comienzo del fin de la monarquía, que verá como las armas y los hombres de occidente vencerán a un imperio autoproclamado divino e invencible.
El régimen manchú (1644-1911), preconiza una moral oficial de obediencia y sumisión confuciana como fundamento del poder político y de estabilidad social. La falta de opositores no sólo se debe a que la sociedad china acoge con satisfacción las nuevas condiciones de vida impuesta, sino también porque los opositores son sistemáticamente perseguidos. Las colonias, provincias y protectorados de este imperio cosmopolita y continental, presenta regímenes administrativos diversos, algunos basados en vínculos de lealtad y otros en la administración directa del ejército. Este orden moral acompaña, sobre todo en el siglo XVIII, la idea y visión de una potencia imperialista en el continente asiático, actitud vigente que encontrarán las delegaciones occidentales en la segunda mitad de la siguiente centuria. En términos generales, el sistema político manchú, como su antecesor Ming, combinó tradiciones legistas y humanistas confucianas, con su centralización burocrática, con un sistema de relaciones clientelares de largo alcance.
Varios son los hechos históricos relevantes durante el dilatado período temporal en el que se desarrolla el imperio Qing, desde las Guerra del Opio y la conformación del reino divino de Taiping, hasta los movimientos oficiales de influencia occidental y las guerras sino-japonesa y sino-francesa.
En un contexto de decadencia y crisis se ubican, desde 1830, las primeras incursiones en China de las potencias occidentales. Unos años antes, la Compañía de las Indias Occidentales decidió desarrollar el comercio del opio, importando este producto desde las posesiones inglesas en India y en Turquía. La venta de la droga se convertiría en una extraordinaria fuente de ingresos del imperio británico, pero también afectaba la moral, la economía y la política interna Qing. Su contrabando minaba la economía, muy debilitada por el aumento demográfico, e intensificaba la corrupción de los funcionarios. Esta situación provoca que el emperador Dao Guang designe a Lin Zexu comisionado imperial para comandar la marina de Guangdong y erradicar el tráfico. El decomiso de la droga obligó la intervención del gobierno británico, movimiento que oficializa la primera Guerra del Opio (1839-1842). En ella, Inglaterra adquiere Hong Kong y ciudades estratégicas en Zhedong. En 1842 los enviados imperiales deben aceptar las condiciones impuestas por los británicos y firmar el Tratado de Nanking, que incluía una indemnización en plata, la entrega de Hong Kong y la apertura de algunos puertos comerciales, sobre todo Guangzhou, Fuzhou y Shanghai, así como la no intervención del gobierno Qing en el comercio del opio. Este éxito británico motivó a norteamericanos y franceses a establecer tratados con la autoridad imperial, es el caso del Tratado de Wang Hea y el de Whampoa, respectivamente, con los que accedían a los mismos privilegios que los británicos. Indirectamente, esta situación puso fin, también, a la prohibición del catolicismo. Años después sucedería una segunda Guerra del Opio (1856-1957), por las que las fuerzas anglo-francesas tomaron Guangzhou y Tianjin, obligando a otro tratado: el de Aigui. China, en definitiva, estaba siendo colonizada.
La degradación social de mediados del siglo XIX, el declive de las finanzas del estado, el aumento de la corrupción y el crecimiento demográfico en un imperio excesivamente expandido, en el que las poblaciones colonizadas sufren constantes abusos, desembocan en 1850, y hasta 1864, en una gran explosión social llamada la rebelión de los Taiping, inflamada de ideales cristianos de igualdad y fraternidad, así como de conceptos chinos como el de la gran armonía. Taiping será un movimiento de campesinos pobres que aspiraban a instituir un paraíso justo y equitativo en la tierra. El sistema, una sociedad ideal, prometía un reparto equitativo de tierras y la abolición de la industria y el comercio, en tanto que el estado se encargaría de la producción y distribución de bienes. Además, se introduciría la monogamia y se prohibiría la prostitución, concediéndole derecho a las mujeres a participar en la administración gubernamental. Las luchas internas por el poder por parte de los líderes, que provocaron el Incidente de Tianjin, y las traiciones mutuas, además de los reiterados reveses militares, motivaron el fracaso de la expansión Taiping por dieciocho provincias después de catorce años.
Con la intención de fortalecer el imperio, resistir invasiones y aprender a fabricar utensilios y armas, Feng Guifen estableció el concepto de Aprender de Occidente, que pretendía adoptar técnicas extranjeras pero siguiendo códigos étnicos feudales para fortalecer el país. La corte empezó a comprar máquinas, a importar armas de fuego, contratar técnicos extranjeros, abrir minas y fábricas, mandar a los estudiantes al extranjero y emplear foráneos para entrenar a las fuerzas armadas. Estos occidentalizadores suponían que la fuerza militar era el basamento principal de la fuerza de todo estado. No obstante, sus industrias fueron monopolizadas por la burocracia y dependían en exceso del personal extranjero. La escasez de fondos les hizo ver que el poderío de occidente se basaba también en la fuerza económica, de ahí que se abocaran a crear algunas industrias civiles, que eran supervisadas por el gobierno y administradas por comerciantes. Entre ellas se destacan la Compañía China de Buques de Vapor y la Oficina de Telegramas de China. Las empresas privadas se convertirían, de este modo, en un sostén de la industria nacional china.
Tras la segunda Guerra del Opio, las potencias occidentales obligaron al gobierno Qing a firmar varios tratados injustos, exigiendo numerosos privilegios. Después de 1870, Rusia envió tropas para ocupar algunas regiones en el noreste; Gran Bretaña incursionó en Tíbet desde India y en Yunnan; Francia tomó Hanoi. Entre 1883 y 1885 los franceses atacaron al ejército Qing provocando la guerra sino-francesa, en la que las tropas del general Feng Zicai y Liu Yongfu lograron la victoria para el imperio, aunque se pactó que los franceses podrían tomar Vietnam, realizar actividades comerciales en China y construir vías férreas. Tras la reforma Meiji en Japón (1868), este país emergió como una nación fuerte y desarrolló una política expansionista, entrando en Taiwán e invadiendo Corea. La corte Qing reaccionó y creó una flota, denominada Marina Beiyang. En 1894, aprovechando una rebelión en Corea, los japoneses atacaron a los buques chinos y al ejército Qing, inaugurando así la guerra sino-japonesa. La derrota china, en este caso, obligó a la emperatriz Ci Xi y al ministro de la Marina de Beiyang, a aceptar la paz bajo circunstancias abusivas. El 17 de abril de 1895 se firmó el Tratado de Shimonoseki, en que China reconocía el control japonés sobre Corea, le cedía la península de Liaodong, Taiwán y las islas Penghu, debía pagar una indemnización y permitir el comercio en puertos como Chongqing, Suzhou y Hangzhou.
Tras esta guerra chino-japonesa la repartición de China entre las potencias occidentales entró en una auténtica vorágine, lo que conlleva que la desintegración política, social y económica sea galopante. La agresión económica (en forma de sujeción a las naciones extranjeras), y la presión militar, afectó la economía del campo, y las condiciones de vida de los campesinos, siempre, precarias, empeoraron. Siguen llegando numerosos misioneros que suelen apropiarse de tierras y formar monopolios. La miseria en el campo, el desempleo que trae emparejado el desarrollo de los transporte modernos y el comportamiento de los extranjeros, aunado a la falta de dirección firme y el desconcierto de los intelectuales, son las raíces que, en torno a 1900, dan nacimiento a las agitaciones generalizadas campesinas, entre la que destaca el movimiento de los Yihequan, xenófobos y practicantes del boxeo como método de entrenamiento físico y moral, que atacará a fábricas, chinos convertidos y misioneros extranjeros. Las amenazas sobre los ciudadanos extranjeros incitan la participación de las potencias foráneas, mientras que los partidarios de apoyarlos se hacen notar en la corte en Beijing. Esto será el inicio de una guerra oficial de Qing contra las naciones occidentales, y el comienzo de una nueva era en China.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
22 de noviembre del 2010

15 de noviembre de 2010

El final del imperio en China (I): Ming o el imperio mandarinal


ERUDITOS CONFUCIANOS. TEMPLO BAONING, SHANXI. ÉPOCA MING; PLATO DE CINCO COLORES, CON DISEÑO DE FÉNIX Y DRAGÓN. ÉPOCA MING



La insurgencia campesina y las rebeliones de tono religioso, de carácter milenarista, serán los exponentes populares que desembocarán en la constitución de esta relevante dinastía, cuyo desarrollo cronológico se enmarca entre 1368 y 1644. Este largo período dinástico supone, sin embargo, la centralización del poder del estado, la transformación del patrón social, y el establecimiento de una monarquía absoluta (que concentra bajo la autoridad directa del emperador los ministerios), y autocrática. El resultado natural de este autoritarismo centralizado fue el ascenso de los eunucos, cercanos a la familia imperial y a los asuntos de estado, y la autonomía del ejército, cuyos miembros pertenecían a ciertas familias de las colonias militares. No obstante, también fue una etapa próspera y pródiga, pues la ideología única y el gobierno autocrático motivaron una tendencia en el pensamiento y una nueva atmósfera que trajo consigo un florecimiento cultural significativo. Las primeras etapas Ming (Hongwu y Yongle de 1368 a 1424), fueron de recuperación económica, de aparición de nuevas instituciones y de expansionismo militar y diplomático. La segunda mitad del siglo XV, por el contrario, fue de repliegue y hasta de defensa. Sólo a comienzos del siglo XVI, las transformaciones económicas y socio-intelectuales, que chocan con la rigidez de las instituciones políticas, generarán una crisis comercial, artesanal y política, además de repetidas sublevaciones en masa que en el primer tercio del siglo XVII pondrán fin a la dilatada trayectoria dinástica.
La nueva orientación económica será la agricultura, en lugar del comercio, y la población será distribuida por funciones y regiones geográficas, aunque tal constitución social empezará a arruinarse cuando los cuadros del ejército empiecen a surtirse de mercenarios. La base de la organización fiscal, en virtud de un sistema de autogestión familiar, intenta asegurar colectivamente el mantenimiento del orden. En el campo desaparecen los pequeños propietarios, aumenta el número de arrendatarios, de campesinos errantes, y se conforma un grupo de desclasados, que engrosarán el número de mercenarios. Las familias más pobres caen bajo la dependencia absoluta de notables y de campesinos ricos.
Dos factores históricos, además del necesario control (mediante la adquisición de tributo) y combate de las tribus mongolas al norte de la Gran Muralla, y la influencia y poder de los eunucos en la corte, son relevantes durante el desarrollo de este período dinástico: los viajes de Zheng He hacia occidente, en el siglo XV, dentro del marco de las grandes expediciones marítimas, y la resistencia Ming frente a las incursiones de los piratas japoneses. La flota de Zheng He contaba con toda clase de adelantos técnicos, mapas y compases, así como con un nutrido grupo de marineros y sirvientes. Navegó, en seis o siete viajes durante el primer tercio del siglo XV, y mantuvo tratos comerciales con varios países en Asia (Arabia, Vietnam, India) y África (Somalia), reforzando así los lazos diplomáticos y los intercambios culturales entre la dinastía Ming y otros países y culturas. El aspecto propagandístico de la flota era evidente, pues a donde llegaba proclamaba el poder y la influencia dinástica e invitaba a los soberanos foráneos a enviar emisarios y tributo a la corte imperial. Gran número de emisarios, mercaderes y hasta gobernantes llegaron a China en esta época a través de las rutas que este navegante estableció. Nombre y ubicaciones de los lugares de la ruta fueron consignados en la obra Los mapas náuticos del propio Zheng He.
Desde finales de la dinastía Yuan, se constata la presencia japonesa en forma de generales y samuráis vencidos en las constantes guerras en el Japón feudal, exiliados en diversas islas y unidos a grupos de piratas que saqueaban sistemáticamente las costas de China. Estos marineros errantes japoneses fueron aumentando en número cuando las clases desfavorecidas chinas y algunos comerciantes que deseaban evadir las restricciones gubernamentales Ming se asociaron a los piratas. En 1547 la corte Ming designa a Zhu Wan, gobernador de Zhejiang, como encargado de los asuntos militares para defenderse de esta lacra, aunque no tuvo el éxito esperado. De hecho, los piratas se hicieron más osados, e incluso invadieron y arrasaron parte del litoral chino, robando a los pobladores. No fue sino hasta 1566, al mando de Qi Jiguang, que las victorias contra los piratas se hicieron definitivas, factor que permitió, de nuevo, la proliferación del comercio marítimo, que había sido suspendido.
Desde un ángulo intelectual y cultural la época Ming se caracteriza por los ataques a la escuela ortodoxa del neoconfucionismo y sus códigos éticos a través de los intuicionistas, movimiento heterodoxo de letrados independientes, partidarios de la escuela del espíritu, de la auto-existencia, la auto-valoración y de la percepción subjetiva, frente a la razón y el orden, lo que suponía cuestionar los escritos tradicionales de autoridad y confiar en el punto de vista propio. Los conocimientos científicos prácticos y la literatura urbana de diversión, en forma novelada (como Viaje hacia Occidente, Xiyouji, publicada en 1570), y la llegada de nuevos misioneros desde la cristiandad europea, en particular jesuitas, atrapados de un fuerte impulso adoctrinante, como el portugués Benito de Goez o Matteo Ricci, que establecen misiones en Cantón, Nanking, Suzhou o Hangzhou y que serán apreciados en la corte por sus conocimientos científicos matemáticos y cartográficos, completan la fértil vida intelectual Ming.
La anarquía, la ruina de las finanzas públicas, la debilidad del ejército y las divisiones internas, coadyuvarán con la presencia y triunfo de los enemigos exteriores, apoyados por algunos colaboracionistas internos que preferirán la presencia manchú a la posibilidad de que las recurrentes rebeliones campesinas puedan, eventualmente, triunfar. La presencia foránea será el fin de la dinastía Ming.



Prof. Dr. Julio López Saco

15 de noviembre del 2010

11 de noviembre de 2010

Iconografía en la numismática romana: aúreos (II)


MONEDA DORADA, OTRO ÁUREO, HALLADO EN EL MENCIONADO TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA, Y DATADO ENTRE 183 Y 211. EN EL ANVERSO SE MUESTRA A JULIA DOMNA (ESPOSA DE SEPTIMIO SEVERO, DE ORIGEN SIRIO), CON UN PEINADO DE LA ÉPOCA, CIRCUNDADA CON LA LEYENDA IVLIA.DOMNA.AVG. EN EL REVERSO, SE OBSERVA A LA DIOSA VENUS, VISTA DE ESPALDA Y SEMI DESNUDA, PORTANDO UNA MAZA Y APOYANDO SU BRAZO IZQUIERDO EN UNA COLUMNA, DONDE SE VE UNA HOJA DE PALMA. LA INSCRIPCIÓN DICE VENERI.VICTR.
MONEDA EN ORO, UN AÚREO CON EL BUSTO DEL EMPERADRO TRAJANO, LAUREADO EN EL ANVERSO, CON LA INSCRIPCIÓN IMP.TRAIANO.AVG.GER.DAC.P.M.TR.P. Y QUE PROVIENE, AL IGUAL QUE LOS OTROS EJEMPLOS, DEL TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA. EN EL REVERSO SE OBSERVA AL EMPERADOR CON UN OBJETO EN UNA MANO, Y EXTENDIENDO LA OTRA HACIA DOS NIÑOS. LA INSCRIPCIÓN ES ESTA: COS.V.P.P.S.P.Q.R.OPTIMO.PRINC., Y EN EL EXERGO, ALIM.ITAL. AQUÍ EL SOBERANO QUIZÁ ESTÁ DANDO UN PAN A LOS INFANTES, EN EL MARCO DE UN PROGRAMA PÚBLICO DE ALIMENTACIÓN. DATADO A COMIENZOS DEL SIGLO II.

Fuente: Museu Nacional de Arqueologia, Lisboa, Portugal
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB 11 de noviembre del 2010

8 de noviembre de 2010

Mitología de los aborígenes americanos (III): tradición Mississipiense


La primera ilustración corresponde a una copa diseñada sobre un caparazón, encontrado en el sitio denominado Spiro, que muestra cuatro figuras llamadas Piasa, que son híbridos con forma de serpiente, gato y pájaro, dispuestos en forma de esvástica alrededor de un círculo central y una cruz. Pertenece a la tradición Mississipiense, conjunto de jefaturas no centralizadas propias del norte de México, con una base económica agraria, especialmente del maíz, y cuyo desarrollo principal se produjo entre los siglos XI y XIII.
La segunda imagen es una pipa, hallada en el Monte Craig, también en Spiro. Pipa con efigie humana. Se le denomina, convencionalmente, Gran Niño o Guerrero Descansando. La figura puede representar un personaje mítico conocido como Cuerno Rojo (portador de cabezas humanas), típico de los indios Winnebago e Iowa. Quizá se refiera a figuras empleadas en rituales de adopción en la sociedad mississipiense para que los líderes de las jefaturas extendiesen vínculos de parentesco ficticio con otros líderes, cimentando con ello las alianzas políticas.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. Maestría en Historia de las Américas

2 de noviembre de 2010

Iconografía en la numismática romana: aúreos (I)


PRIMERA IMAGEN: MONEDA DE ORO, ENCONTRADA EN EL TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA. ÁUREO DE ÉPOCA DEL EMPERADOR ADRIANO, EN CUYO REVERSO SE LE REPRESENTA TOGADO Y CON UNA MANO DIRIGIDA HACIA LA SIMBOLIZACIÓN DE ITALIA, QUE PRESENTA, EN UNA DE SUS MANOS, UNA CORNUCOPIA. AMBOS SE ENCUENTRAN ANTE UN ALTAR CENTRAL. LA LEYENDA SEÑALA, EN EL ANVERSO, HADRIANVS.AVG.COS.III.PP., EN TANTO QUE ADVENTUI. AVG. ITALIAE, EN EL REVERSO. PRIMER TERCIO DEL SIGLO II.
SEGUNDA IMAGEN: MONEDA EN ORO, UN AÚREO CON EL BUSTO DE FAUSTINA II, DRAPEADO, Y CON UN PEINADO CON CEÑIDOR EN EL CABELLO. PROVIENE TAMBIÉN DEL TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA. LA LEYENDA DEL ANVERSO SEÑALA FAVSTINAE.AVG.PII.AVG.FIL. EN EL REVERSO SE PUEDE OBSERVAR UNA PERSONIFICACIÓN DE LA ALEGRÍA (LAETITIA), PORTANDO UNA DIADEMA Y UN CETRO. LA LEYENDA DICE LAETITIAE.PVBLICAE. DATADO EN EL 149.
Prof. Dr. Julio López Saco
2 de noviembre del 2010

1 de noviembre de 2010

Mitología de los aborígenes americanos (II): cosmología apache


Esta primera imagen es un esbozo de mitología apache. Kutérastan, el creador de todo, está de pie sobre las nubes, con un relámpago en cada mano. Encima de él, una bola, el Núcleo del Universo o Niña de la Noche. A su izquierda el tus (vasija de agua donde se refugiaron las gentes tras la inundación). Encima cuatro nubes, que son su morada celestial. Stenátlihan, diosa ayudante de Kutérestan, está sosteniendo en su mano un pequeño pino (con el que se construyó el tus en el momento del diluvio). Por encima de ella vuela el colibrí, mensajero de los dioses para verificar la creación. A la izquierda está Chuganaái, tercera deidad en relevancia. Da la luz al día y cura las enfermedades. Los círculos dentados sugieren lo inexpugnable de las moradas divinas. Abajo, un relámpago, que en la simbología apache es comunicación entre dioses. Sol y luna; en la luna, las rayas significan la menstruación (el crecimiento de la luna refleja el crecimiento prenatal). Las dos especies de cruz de malta representan, respectivamente, los dioses que hicieron las estrellas y los cuatro espíritus del aire que son mensajeros de los dioses. Estos últimos se comunican con los hombres medicina y portan las palabras divinas de los dioses. Dos formas a la izquierda representan los espíritus del aire, que revelan a los hombres medicina los prodigios que conocen. Sus revelaciones les llegan en forma de visiones mientras están sentados cantando y tocando el tambor. El disco L1 corresponde al dios de la guerra Nayenezgani, héroe cultural matador de monstruos; el disco M1, corresponde al dios del agua Tubadzischini; es el creador del Océano, y a él se dirigen las plegarias por la lluvia. El disco N1, es la diosa de la muerte, del otro mundo, Yólkai Nalín. Controla las almas que van al mundo futuro (la vía láctea sería el camino trazado por esas almas). El disco O1 es Hádintin Nalín, diosa del polen, que se ocupa de que los árboles produzcan. En las cuatro esquinas hay figuras que representan dioses (gáun), creados por el sol para curar enfermedades de carácter físico. Viven en los cuatro puntos cardinales, y en las ceremonias de curación son personificados por hombres con máscaras de madera, colocándose a los cuatro lados del enfermo. A veces, aparecen representados montados sobre osos o ciervos.
La segunda imagen corresponde a una pintura seca apache, de hacia 1882, empleada con la intención mágica de curar a una persona paralítica. Las representaciones son deidades enmascaradas o gáun, en tanto que las líneas onduladas simbolizan los relámpagos. El paciente se ubicaba sobre la figura central y una serie de hombres enmascarados recogían tierra de colores y se la frotaban por el cuerpo para exudar la dolencia.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
Maestría en Historia de las Américas