17 de diciembre de 2010

Mitología e iconografía maya III: el Vaso de las Siete Divinidades


Imágenes: el vaso de las siete divinidades del inframundo, el Naranjo, Petén, Guatemala.


A la izquierda de la representación se observan los seis dioses del inframundo maya, con los brazos cruzados en señal de sumisión, cuyos nombres son listados en los grifos centrales. A la derecha, encontramos al Dios L, caracterizado al uso de la iconografía clásica, fumando un cigarro y con un sombrero hecho a base de plumas y con el cuerpo en forma de un ave de presa, simbolizando rango y poder. Es el dios soberano del más allá y poseedor de todas las riquezas inframundanas, por eso se le considera protector de los mercaderes. Detrás de él unos mascarones del dios de la montaña, un recurso iconográfico que señala que la residencia de la divinidad se hallaba bajo tierra o en el seno de una caverna.


Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

Escuela de Letras, UCAB

Maestría en Historia de las Américas, UCAB


13 de diciembre de 2010

Mitología e iconografía maya II: el Tablero de la Cruz y el vaso de Motul


Las imágenes corresponden al Tablero de la Cruz, en Palenque, y al vaso cilíndrico de Motul, ambas piezas del período clásico maya.

Tablero de la cruz, hallado en Palanque. A la izquierda se observa a Serpiente Jaguar niño, con un manto ceremonial llevando una ofrenda. A su derecha vemos el árbol del mundo, y a la izquierda Serpiente Jaguar II adulto, con el dios Sak Hunal en brazos, símbolo de la realeza. Se trata de un mecanismo de legitimación del linaje real de la ciudad, que se remonta a los mitos cosmogónicos mayas. Vaso maya cilíndrico de Motul, datado en el período clásico, entre 755 y 780. Se observa el nacimiento del dios del maíz, flanqueado por dos personajes sobrenaturales, uno de ellos con rasgos del dios sol. En toda la representación observamos un cordón umbilical unifica la escena. El kuxan sum, es esa cuerda-cordón umbilical que vincula, comunica y relaciona a los vivos con sus antepasados muertos, de los que los gobernantes reciben el poder, el conocimiento y, en fin, la legitimidad, porque a través de la misma se trasmite la vida, la sangre vital y el parentesco.

Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

Maestría en Historia de las Américas, UCAB



9 de diciembre de 2010

Mitología e iconografía maya I: el vaso Princeton




Diversas imágenes del Vaso de Princeton, perteneciente al período maya clásico, concretamente entre 600 y 800. La pieza se encuentra en el Art Museum of Princeton University.

En este vaso decorado con pintura se puede observar, en un lado, un viejo dios desdentado del inframundo que se sienta sobre un trono que está ubicado dentro de una convencional representación de una estructura palacial, con un dintel encima. Unos jaguares, con volutas que gotean y que sustituyen sus mandíbulas inferiores, adornan la azotea de la estructura. Los cortinajes, que eran usados para proporcionar intimidad en las estructuras mayas, que carecían, en sentido estricto, de puertas, revelan a un viejo señor sentado. Esta deidad, conocida entre los eruditos como Dios L, lleva su ropaje abierto y el sombrero amplio, sobre el cual se posa un búho. Además de gobernar Xibalba (el inframundo maya quiché), el Dios L era la deidad patrona del tabaco y los comerciantes. Aparece rodeado por cinco elegantes figuras femeninas, que pueden ser sus hijas o sus concubinas. Una de las mujeres detrás de Dios la L vierte el chocolate desde un vaso. Mientras, un conejo escriba, compañero regular del Dios L, se sienta debajo, registrando las acciones de la escena en un libro con cubiertas de piel de jaguar. Una deidad ata con delicadeza una pulsera sobre la mujer que está delante. Al lado, una escena hacia la izquierda, en la cual dos hombres que llevan máscaras y hachas de mano decapitan una figura que se encuentra atada. El ombligo de serpiente de una de las víctimas se riza hacia fuera, en dirección de uno de los verdugos. La escena, en términos generales, presenta estrechos paralelos con la narración mítica del Popol Vuh, en donde los héroes gemelos engañan a los señores del inframundo en relación a sus propias decapitaciones. Como es común en las narraciones mitológicas en muchas regiones de América, estos héroes retoman el día (y por ende el sol), no a través de hazañas llevadas a cabo haciendo uso de la fuerza bruta, sino por mediación de la astucia y el engaño, a veces, incluso, de un modo cómico. El texto glífico, muy formulario, en el borde superior del vaso. sirve para consagrar el mismo, especificando que se usaba para beber chocolate. Es probable que se empleara en banquetes como los aquí descritos.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
Maestría en Historia de las Américas

6 de diciembre de 2010

El pensar hindú: la idea de karma

Karma designa, originalmente, la interrelación de todas las cosas de este mundo. Con ello se implica que nada está aislado, y toda acción, nunca oculta o secreta, repercute hasta los extremos del Universo. Esto significa que en todas partes existe una red de relaciones entre las acciones y las reacciones que le son propias. En tal sentido, nunca podríamos relacionar el karma (o karman) con el Absoluto (aunque es inagotable, y por eso el tiempo se piensa cíclicamente), sino con el símbolo de lo que no lo es. Es, de hecho, el factor o el aspecto, sea real o no, que diferencia la existencia terrenal de aquella del Ser Absoluto. La ley karmática gobierna, en consecuencia, el mundo contingente, el Universo creado, la existencia provisional, efímera, impermanente, la realidad temporal. Tiene que ver, entonces, con samsara, esto es, el mundo, kala, el tiempo, y dukha o sufrimiento, así como con el peregrinar humano hacia su propia realización. Simboliza todo aquello que es relativo, mundano, temporal y provisional, siendo entendido como una suerte de conocimiento del funcionamiento del Universo. Karma no nos dice cómo son las cosas, sino cómo funcionan, cómo actúan, se comportan y reaccionan, cómo se producen las interacciones pragmáticas. La ley kármica focaliza su atención no sobre lo que los seres han hecho, sino sobre qué es lo que les ha sucedido a ellos al hacerlo. Karma es el reino de la causalidad cósmica, y representa la relación recíproca de causa y efecto entre todos los seres y sus mutuas repercusiones. Según la visión kármica de la realidad, el ser humano no puede ser considerado un individuo singular, pues nada de él puede aislarse o separarse. Todos los elementos que conforman al hombre están constitutivamente ligados a otros, dependiendo de tales vínculos; así, los elementos físicos, la mente, el cuerpo, la voluntad y la realidad psíquica de la consciencia del yo configuran un haz de relaciones.
La denominada ley del karman insiste en que todo lo que un ser humano es, energías, pensamiento, méritos y vicios, así como todos sus elementos corpóreos, no se pierde nunca, sino que entra en la red cósmica de la causalidad y la solidaridad. Únicamente el ego psicológico, ilusión carente de consistencia, es una etiqueta práctica, una cosa mortal, que desaparece para siempre cuando una persona fallece. Por tanto, todo transmigra excepto el individuo.
Prof. Dr. Julio López Saco
6 de diciembre del 2010

1 de diciembre de 2010

Culturas mesolíticas y protoneolíticas del Próximo Oriente: el Natufiense


Plantas de poblados natufienses y un enterramiento en Einan Mallaha



El Natufiense es una cultura de cazadores-recolectores tardíos del epipaleolítico o Mesolítico, incluso del período denominado en Próximo Oriente protoneolítico, de Palestina, cuyo nombre deriva de los yacimientos de Wadi en-Natuf y Wadi el-Mogarah (Mogaret al-Wadi). Arqueológicamente se distinguen cuatro fases (I a IV), si bien para algunos arqueólogos el Natufiense III y IV, al menos en el yacimiento el-Jiam, debe ser considerado el Jiamense I y II, una cultura independiente, más o menos contemporánea del Natufiense II. Se trata de una cultura posterior a la Kebariense y antecesora del Mureybetiense, con una cronología ubicada, aproximadamente, entre 10000 y 7800 a.n.e., según las dataciones con Carbono 14 efectuadas en Jericó. En cualquier caso, el natufiense ha sido hallado en excavaciones del Mediterráneo oriental, desde el golfo de Antalya, en la actual Turquía, hasta el delta del Nilo. Esta cultura se encuentra en cuevas pero también al aire libre, donde se han hallado construcciones de forma oval o circular, a partir de fosas semiexcavadas, particularmente en Eynan y Nahal Oren, con presencia de hogares y silos. En algunos casos, observamos agrupaciones arquitectónicas alineadas, como en Mallaha (Palestina), o en forma de colmena, caso de Hayonim, también en Palestina, lo que refleja la aparición de una diversificación de la función arquitectónica. Se constata una doble categoría de asentamientos; por un lado, los poblados o campamentos base y, por otro, evidencias de estaciones secundarias, sin vestigios arquitectónicos propiamente dichos, que son interpretadas como pequeñas instalaciones de caza. Este hecho nos indica un principio de jerarquización en el modo de ocupación del espacio. Los análisis de microfauna (sobre todo roedores), de explotación de aves migratorias, y en general de todos los recursos explotados, junto con evidencias propiamente arqueológicas, como la presencia de mobiliario pesado, o sepulturas debajo de los suelos de habitaciones, sostienen la hipótesis de ocupaciones permanentes de tipo sedentario en los yacimientos de la primera categoría mencionada. Podemos pensar que es ahora cuando se produce la creación del poblado o campamento base de tipo permanente, aun si los mismos conviven y son complementarios de pequeñas instalaciones especializadas como campamentos de caza, estaciones de descuartizamiento o zonas de trabajo de ciertas materias primas.

La industria lítica fue realizada sobre pedernal basalto y caliza, y presenta la característica crucial del Mesolítico, esto es, una abundancia de microlitos, laminares y geométricos, entre los que destacan las «medias lunas», trapecios, microburiles, puntas de flecha, agujas y las hojas de hoz. Destaca, así mismo, el trabajo en hueso en forma de agujas, punzones, anzuelos y arpones. No obstante, también se ha encontrado utillaje pesado, como morteros, molinos y depósitos de agua.

En relación a las actividades económicas, debemos señalar que los diferentes campamentos explotaban productos vegetales que se encontraban en su medio ambiente más próximo. Leguminosas, frutos y cereales silvestres se reparten la preponderancia. Lo mismo ocurre con la gama de recursos cárnicos, que muestra una preponderancia de pequeños rumiantes, siendo la gacela o los cérvidos las especies dominantes. No obstante, suidos y équidos también serán cazados en aquellos ambientes más húmedos (sobre todo Mallaha y Abu Hureyra, en Siria). No podemos descartar que algunas especies menores, en especial aves acuáticas, perdices, tortugas y ciertos reptiles completaran los recursos alimenticios.

En relación a los enterramientos, debemos reseñar que de los yacimientos de El Wad y Eynan, en concreto, se han sacado a la luz esqueletos extendidos o, frecuentemente, encogidos, con presencia de adornos corporales, específicamente conchas marinas alrededor del cráneo. En otros casos, han aparecido enterramientos colectivos o en pareja, tanto dentro como fuera de las viviendas, o en cavernas. En los enterramientos colectivos los cadáveres no se colocaban en posición tan flexionada. En ciertos casos se han hallado cráneos separados del cuerpo y evidencias de decapitación en las vértebras, lo que pudiera ser una posible alusión a la práctica de ritos y sacrificios. Los ajuares funerarios se componían de los mencionados collares, hechos de conchas, huesos de gacela o piedras, tocados, moluscos, objetos de obsidiana, quizá anatólica, huesos de gacela, cuencos de piedra y multitud de conchas. En ciertos contados casos, podemos estar ante verdaderas necrópolis, como ocurre en Mallaha, donde parecen reagruparse repetidas inhumaciones de los miembros de una presunta familia.

Algunos referentes de la cultura material natufiense son las estatuillas antropomorfas así como algunos zoomorfos en bulto redondo. No obstante, hay evidencia de un “arte” esquemático y más animalístico, sobre todo en relación al de la siguiente fase, denominada el Jiamiense.



Prof. Dr. Julio López Saco

Escuela de Historia, UCV

Escuela de Letras, UCAB

Doctorado en Historia, UCV


26 de noviembre de 2010

Las Necrópolis etruscas: desde los enterramientos villanovianos a Cerveteri y Tarquinia





LA PRIMERA FOTO MUESTRA UNAS PINTURAS MURALES DE LA DENOMINADA TUMBA ETRUSCA DE LOS LEOPARDOS, EN TARQUINIA; LA SEGUNDA, PINTURAS DE LA TUMBA DEL TRICLINIO.

En las tumbas villanovianas, datables entre los siglos IX y VIII a.n.e. encontramos oquedades cilíndricas que contienen urnas cinerarias, cubiertas por una vasija plana o un casco. En el período de las tumbas orientalizantes (segunda mitad del siglo VIII a.n.e.), cuando se introduce gradualmente la inhumación, encontramos objetos en metales preciosos orientales, así como cerámica inspirada en prototipos griegos, lo que indica un progresivo aumento de la riqueza de los propietarios de estas tumbas. La tumba más representativa es una denominada con el nombre del faraón egipcio de la dinastía XXIV Wahkare (720-715 a.n.e.), a quien los griegos llamaron Bocchoris. En ella fueron encontradas placas de oro, vasos de madera, de factura local, bronces y cerámica geométrica itálica. Muchas de estas necrópolis están decoradas con criaturas fabulosas, y con figuras humanas y animales en relieve, semejantes a las pintadas sobre vasos corintios y rodios. Entre las tumbas, de corte aristocrático, del período arcaico destacan, entre otras, dos: la primera, la necrópolis de Banditaccia, en las afueras de la localidad de Cerveteri, que presenta miles de tumbas que siguen el plan urbanístico de una urbe, con sus barrios, calles y espacios abiertos. Las tumbas de este cementerio son de diferente estilo funerario, tanto túmulos y zanjas excavadas en la piedra, como oquedades en la roca en forma de chozas o casas. Presentan una significativa profusión de detalles en su estructura, que hacen de ellas los únicos rastros de la arquitectura residencial etrusca. La segunda, es la necrópolis de Tarquinia, conocida como Monterozzi, que consta de casi seis mil sepulcros excavados en la roca. Doscientos nichos de las mismas están decorados con pinturas. Las sepulturas más antiguas datan del siglo VII a.C., si bien la datación de la mayoría se ubica entre los siglos VI y IV a.n.e.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB, 26 de noviembre del 2010

22 de noviembre de 2010

El final del imperio en China (II): Qing o el poderío Jürchen

QUEMADOR DE INCIENSO, DINASTÍA QING; Y PASO DE SHANGHAIGUAN, HEBEI, TAMBIÉN DE ÉPOCA QING.
El traspaso de las poblaciones manchúes (jürchen descendientes de los tungús que fundaron el imperio Jin en el siglo XII) de la Gran Muralla y la consiguiente conquista de China, como señores cuyo destino era reinar sobre una población de esclavos, como habían hecho los mongoles siglos atrás, trae emparejado consigo, a la par que la consolidación de un poder más autocrático, extensivo (13 millones de kilómetros cuadrados a fines del siglo XVIII), y aislacionista que el Ming, el comienzo del fin de la monarquía, que verá como las armas y los hombres de occidente vencerán a un imperio autoproclamado divino e invencible.
El régimen manchú (1644-1911), preconiza una moral oficial de obediencia y sumisión confuciana como fundamento del poder político y de estabilidad social. La falta de opositores no sólo se debe a que la sociedad china acoge con satisfacción las nuevas condiciones de vida impuesta, sino también porque los opositores son sistemáticamente perseguidos. Las colonias, provincias y protectorados de este imperio cosmopolita y continental, presenta regímenes administrativos diversos, algunos basados en vínculos de lealtad y otros en la administración directa del ejército. Este orden moral acompaña, sobre todo en el siglo XVIII, la idea y visión de una potencia imperialista en el continente asiático, actitud vigente que encontrarán las delegaciones occidentales en la segunda mitad de la siguiente centuria. En términos generales, el sistema político manchú, como su antecesor Ming, combinó tradiciones legistas y humanistas confucianas, con su centralización burocrática, con un sistema de relaciones clientelares de largo alcance.
Varios son los hechos históricos relevantes durante el dilatado período temporal en el que se desarrolla el imperio Qing, desde las Guerra del Opio y la conformación del reino divino de Taiping, hasta los movimientos oficiales de influencia occidental y las guerras sino-japonesa y sino-francesa.
En un contexto de decadencia y crisis se ubican, desde 1830, las primeras incursiones en China de las potencias occidentales. Unos años antes, la Compañía de las Indias Occidentales decidió desarrollar el comercio del opio, importando este producto desde las posesiones inglesas en India y en Turquía. La venta de la droga se convertiría en una extraordinaria fuente de ingresos del imperio británico, pero también afectaba la moral, la economía y la política interna Qing. Su contrabando minaba la economía, muy debilitada por el aumento demográfico, e intensificaba la corrupción de los funcionarios. Esta situación provoca que el emperador Dao Guang designe a Lin Zexu comisionado imperial para comandar la marina de Guangdong y erradicar el tráfico. El decomiso de la droga obligó la intervención del gobierno británico, movimiento que oficializa la primera Guerra del Opio (1839-1842). En ella, Inglaterra adquiere Hong Kong y ciudades estratégicas en Zhedong. En 1842 los enviados imperiales deben aceptar las condiciones impuestas por los británicos y firmar el Tratado de Nanking, que incluía una indemnización en plata, la entrega de Hong Kong y la apertura de algunos puertos comerciales, sobre todo Guangzhou, Fuzhou y Shanghai, así como la no intervención del gobierno Qing en el comercio del opio. Este éxito británico motivó a norteamericanos y franceses a establecer tratados con la autoridad imperial, es el caso del Tratado de Wang Hea y el de Whampoa, respectivamente, con los que accedían a los mismos privilegios que los británicos. Indirectamente, esta situación puso fin, también, a la prohibición del catolicismo. Años después sucedería una segunda Guerra del Opio (1856-1957), por las que las fuerzas anglo-francesas tomaron Guangzhou y Tianjin, obligando a otro tratado: el de Aigui. China, en definitiva, estaba siendo colonizada.
La degradación social de mediados del siglo XIX, el declive de las finanzas del estado, el aumento de la corrupción y el crecimiento demográfico en un imperio excesivamente expandido, en el que las poblaciones colonizadas sufren constantes abusos, desembocan en 1850, y hasta 1864, en una gran explosión social llamada la rebelión de los Taiping, inflamada de ideales cristianos de igualdad y fraternidad, así como de conceptos chinos como el de la gran armonía. Taiping será un movimiento de campesinos pobres que aspiraban a instituir un paraíso justo y equitativo en la tierra. El sistema, una sociedad ideal, prometía un reparto equitativo de tierras y la abolición de la industria y el comercio, en tanto que el estado se encargaría de la producción y distribución de bienes. Además, se introduciría la monogamia y se prohibiría la prostitución, concediéndole derecho a las mujeres a participar en la administración gubernamental. Las luchas internas por el poder por parte de los líderes, que provocaron el Incidente de Tianjin, y las traiciones mutuas, además de los reiterados reveses militares, motivaron el fracaso de la expansión Taiping por dieciocho provincias después de catorce años.
Con la intención de fortalecer el imperio, resistir invasiones y aprender a fabricar utensilios y armas, Feng Guifen estableció el concepto de Aprender de Occidente, que pretendía adoptar técnicas extranjeras pero siguiendo códigos étnicos feudales para fortalecer el país. La corte empezó a comprar máquinas, a importar armas de fuego, contratar técnicos extranjeros, abrir minas y fábricas, mandar a los estudiantes al extranjero y emplear foráneos para entrenar a las fuerzas armadas. Estos occidentalizadores suponían que la fuerza militar era el basamento principal de la fuerza de todo estado. No obstante, sus industrias fueron monopolizadas por la burocracia y dependían en exceso del personal extranjero. La escasez de fondos les hizo ver que el poderío de occidente se basaba también en la fuerza económica, de ahí que se abocaran a crear algunas industrias civiles, que eran supervisadas por el gobierno y administradas por comerciantes. Entre ellas se destacan la Compañía China de Buques de Vapor y la Oficina de Telegramas de China. Las empresas privadas se convertirían, de este modo, en un sostén de la industria nacional china.
Tras la segunda Guerra del Opio, las potencias occidentales obligaron al gobierno Qing a firmar varios tratados injustos, exigiendo numerosos privilegios. Después de 1870, Rusia envió tropas para ocupar algunas regiones en el noreste; Gran Bretaña incursionó en Tíbet desde India y en Yunnan; Francia tomó Hanoi. Entre 1883 y 1885 los franceses atacaron al ejército Qing provocando la guerra sino-francesa, en la que las tropas del general Feng Zicai y Liu Yongfu lograron la victoria para el imperio, aunque se pactó que los franceses podrían tomar Vietnam, realizar actividades comerciales en China y construir vías férreas. Tras la reforma Meiji en Japón (1868), este país emergió como una nación fuerte y desarrolló una política expansionista, entrando en Taiwán e invadiendo Corea. La corte Qing reaccionó y creó una flota, denominada Marina Beiyang. En 1894, aprovechando una rebelión en Corea, los japoneses atacaron a los buques chinos y al ejército Qing, inaugurando así la guerra sino-japonesa. La derrota china, en este caso, obligó a la emperatriz Ci Xi y al ministro de la Marina de Beiyang, a aceptar la paz bajo circunstancias abusivas. El 17 de abril de 1895 se firmó el Tratado de Shimonoseki, en que China reconocía el control japonés sobre Corea, le cedía la península de Liaodong, Taiwán y las islas Penghu, debía pagar una indemnización y permitir el comercio en puertos como Chongqing, Suzhou y Hangzhou.
Tras esta guerra chino-japonesa la repartición de China entre las potencias occidentales entró en una auténtica vorágine, lo que conlleva que la desintegración política, social y económica sea galopante. La agresión económica (en forma de sujeción a las naciones extranjeras), y la presión militar, afectó la economía del campo, y las condiciones de vida de los campesinos, siempre, precarias, empeoraron. Siguen llegando numerosos misioneros que suelen apropiarse de tierras y formar monopolios. La miseria en el campo, el desempleo que trae emparejado el desarrollo de los transporte modernos y el comportamiento de los extranjeros, aunado a la falta de dirección firme y el desconcierto de los intelectuales, son las raíces que, en torno a 1900, dan nacimiento a las agitaciones generalizadas campesinas, entre la que destaca el movimiento de los Yihequan, xenófobos y practicantes del boxeo como método de entrenamiento físico y moral, que atacará a fábricas, chinos convertidos y misioneros extranjeros. Las amenazas sobre los ciudadanos extranjeros incitan la participación de las potencias foráneas, mientras que los partidarios de apoyarlos se hacen notar en la corte en Beijing. Esto será el inicio de una guerra oficial de Qing contra las naciones occidentales, y el comienzo de una nueva era en China.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
22 de noviembre del 2010

15 de noviembre de 2010

El final del imperio en China (I): Ming o el imperio mandarinal


ERUDITOS CONFUCIANOS. TEMPLO BAONING, SHANXI. ÉPOCA MING; PLATO DE CINCO COLORES, CON DISEÑO DE FÉNIX Y DRAGÓN. ÉPOCA MING



La insurgencia campesina y las rebeliones de tono religioso, de carácter milenarista, serán los exponentes populares que desembocarán en la constitución de esta relevante dinastía, cuyo desarrollo cronológico se enmarca entre 1368 y 1644. Este largo período dinástico supone, sin embargo, la centralización del poder del estado, la transformación del patrón social, y el establecimiento de una monarquía absoluta (que concentra bajo la autoridad directa del emperador los ministerios), y autocrática. El resultado natural de este autoritarismo centralizado fue el ascenso de los eunucos, cercanos a la familia imperial y a los asuntos de estado, y la autonomía del ejército, cuyos miembros pertenecían a ciertas familias de las colonias militares. No obstante, también fue una etapa próspera y pródiga, pues la ideología única y el gobierno autocrático motivaron una tendencia en el pensamiento y una nueva atmósfera que trajo consigo un florecimiento cultural significativo. Las primeras etapas Ming (Hongwu y Yongle de 1368 a 1424), fueron de recuperación económica, de aparición de nuevas instituciones y de expansionismo militar y diplomático. La segunda mitad del siglo XV, por el contrario, fue de repliegue y hasta de defensa. Sólo a comienzos del siglo XVI, las transformaciones económicas y socio-intelectuales, que chocan con la rigidez de las instituciones políticas, generarán una crisis comercial, artesanal y política, además de repetidas sublevaciones en masa que en el primer tercio del siglo XVII pondrán fin a la dilatada trayectoria dinástica.
La nueva orientación económica será la agricultura, en lugar del comercio, y la población será distribuida por funciones y regiones geográficas, aunque tal constitución social empezará a arruinarse cuando los cuadros del ejército empiecen a surtirse de mercenarios. La base de la organización fiscal, en virtud de un sistema de autogestión familiar, intenta asegurar colectivamente el mantenimiento del orden. En el campo desaparecen los pequeños propietarios, aumenta el número de arrendatarios, de campesinos errantes, y se conforma un grupo de desclasados, que engrosarán el número de mercenarios. Las familias más pobres caen bajo la dependencia absoluta de notables y de campesinos ricos.
Dos factores históricos, además del necesario control (mediante la adquisición de tributo) y combate de las tribus mongolas al norte de la Gran Muralla, y la influencia y poder de los eunucos en la corte, son relevantes durante el desarrollo de este período dinástico: los viajes de Zheng He hacia occidente, en el siglo XV, dentro del marco de las grandes expediciones marítimas, y la resistencia Ming frente a las incursiones de los piratas japoneses. La flota de Zheng He contaba con toda clase de adelantos técnicos, mapas y compases, así como con un nutrido grupo de marineros y sirvientes. Navegó, en seis o siete viajes durante el primer tercio del siglo XV, y mantuvo tratos comerciales con varios países en Asia (Arabia, Vietnam, India) y África (Somalia), reforzando así los lazos diplomáticos y los intercambios culturales entre la dinastía Ming y otros países y culturas. El aspecto propagandístico de la flota era evidente, pues a donde llegaba proclamaba el poder y la influencia dinástica e invitaba a los soberanos foráneos a enviar emisarios y tributo a la corte imperial. Gran número de emisarios, mercaderes y hasta gobernantes llegaron a China en esta época a través de las rutas que este navegante estableció. Nombre y ubicaciones de los lugares de la ruta fueron consignados en la obra Los mapas náuticos del propio Zheng He.
Desde finales de la dinastía Yuan, se constata la presencia japonesa en forma de generales y samuráis vencidos en las constantes guerras en el Japón feudal, exiliados en diversas islas y unidos a grupos de piratas que saqueaban sistemáticamente las costas de China. Estos marineros errantes japoneses fueron aumentando en número cuando las clases desfavorecidas chinas y algunos comerciantes que deseaban evadir las restricciones gubernamentales Ming se asociaron a los piratas. En 1547 la corte Ming designa a Zhu Wan, gobernador de Zhejiang, como encargado de los asuntos militares para defenderse de esta lacra, aunque no tuvo el éxito esperado. De hecho, los piratas se hicieron más osados, e incluso invadieron y arrasaron parte del litoral chino, robando a los pobladores. No fue sino hasta 1566, al mando de Qi Jiguang, que las victorias contra los piratas se hicieron definitivas, factor que permitió, de nuevo, la proliferación del comercio marítimo, que había sido suspendido.
Desde un ángulo intelectual y cultural la época Ming se caracteriza por los ataques a la escuela ortodoxa del neoconfucionismo y sus códigos éticos a través de los intuicionistas, movimiento heterodoxo de letrados independientes, partidarios de la escuela del espíritu, de la auto-existencia, la auto-valoración y de la percepción subjetiva, frente a la razón y el orden, lo que suponía cuestionar los escritos tradicionales de autoridad y confiar en el punto de vista propio. Los conocimientos científicos prácticos y la literatura urbana de diversión, en forma novelada (como Viaje hacia Occidente, Xiyouji, publicada en 1570), y la llegada de nuevos misioneros desde la cristiandad europea, en particular jesuitas, atrapados de un fuerte impulso adoctrinante, como el portugués Benito de Goez o Matteo Ricci, que establecen misiones en Cantón, Nanking, Suzhou o Hangzhou y que serán apreciados en la corte por sus conocimientos científicos matemáticos y cartográficos, completan la fértil vida intelectual Ming.
La anarquía, la ruina de las finanzas públicas, la debilidad del ejército y las divisiones internas, coadyuvarán con la presencia y triunfo de los enemigos exteriores, apoyados por algunos colaboracionistas internos que preferirán la presencia manchú a la posibilidad de que las recurrentes rebeliones campesinas puedan, eventualmente, triunfar. La presencia foránea será el fin de la dinastía Ming.



Prof. Dr. Julio López Saco

15 de noviembre del 2010

11 de noviembre de 2010

Iconografía en la numismática romana: aúreos (II)


MONEDA DORADA, OTRO ÁUREO, HALLADO EN EL MENCIONADO TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA, Y DATADO ENTRE 183 Y 211. EN EL ANVERSO SE MUESTRA A JULIA DOMNA (ESPOSA DE SEPTIMIO SEVERO, DE ORIGEN SIRIO), CON UN PEINADO DE LA ÉPOCA, CIRCUNDADA CON LA LEYENDA IVLIA.DOMNA.AVG. EN EL REVERSO, SE OBSERVA A LA DIOSA VENUS, VISTA DE ESPALDA Y SEMI DESNUDA, PORTANDO UNA MAZA Y APOYANDO SU BRAZO IZQUIERDO EN UNA COLUMNA, DONDE SE VE UNA HOJA DE PALMA. LA INSCRIPCIÓN DICE VENERI.VICTR.
MONEDA EN ORO, UN AÚREO CON EL BUSTO DEL EMPERADRO TRAJANO, LAUREADO EN EL ANVERSO, CON LA INSCRIPCIÓN IMP.TRAIANO.AVG.GER.DAC.P.M.TR.P. Y QUE PROVIENE, AL IGUAL QUE LOS OTROS EJEMPLOS, DEL TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA. EN EL REVERSO SE OBSERVA AL EMPERADOR CON UN OBJETO EN UNA MANO, Y EXTENDIENDO LA OTRA HACIA DOS NIÑOS. LA INSCRIPCIÓN ES ESTA: COS.V.P.P.S.P.Q.R.OPTIMO.PRINC., Y EN EL EXERGO, ALIM.ITAL. AQUÍ EL SOBERANO QUIZÁ ESTÁ DANDO UN PAN A LOS INFANTES, EN EL MARCO DE UN PROGRAMA PÚBLICO DE ALIMENTACIÓN. DATADO A COMIENZOS DEL SIGLO II.

Fuente: Museu Nacional de Arqueologia, Lisboa, Portugal
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB 11 de noviembre del 2010

8 de noviembre de 2010

Mitología de los aborígenes americanos (III): tradición Mississipiense


La primera ilustración corresponde a una copa diseñada sobre un caparazón, encontrado en el sitio denominado Spiro, que muestra cuatro figuras llamadas Piasa, que son híbridos con forma de serpiente, gato y pájaro, dispuestos en forma de esvástica alrededor de un círculo central y una cruz. Pertenece a la tradición Mississipiense, conjunto de jefaturas no centralizadas propias del norte de México, con una base económica agraria, especialmente del maíz, y cuyo desarrollo principal se produjo entre los siglos XI y XIII.
La segunda imagen es una pipa, hallada en el Monte Craig, también en Spiro. Pipa con efigie humana. Se le denomina, convencionalmente, Gran Niño o Guerrero Descansando. La figura puede representar un personaje mítico conocido como Cuerno Rojo (portador de cabezas humanas), típico de los indios Winnebago e Iowa. Quizá se refiera a figuras empleadas en rituales de adopción en la sociedad mississipiense para que los líderes de las jefaturas extendiesen vínculos de parentesco ficticio con otros líderes, cimentando con ello las alianzas políticas.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. Maestría en Historia de las Américas

2 de noviembre de 2010

Iconografía en la numismática romana: aúreos (I)


PRIMERA IMAGEN: MONEDA DE ORO, ENCONTRADA EN EL TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA. ÁUREO DE ÉPOCA DEL EMPERADOR ADRIANO, EN CUYO REVERSO SE LE REPRESENTA TOGADO Y CON UNA MANO DIRIGIDA HACIA LA SIMBOLIZACIÓN DE ITALIA, QUE PRESENTA, EN UNA DE SUS MANOS, UNA CORNUCOPIA. AMBOS SE ENCUENTRAN ANTE UN ALTAR CENTRAL. LA LEYENDA SEÑALA, EN EL ANVERSO, HADRIANVS.AVG.COS.III.PP., EN TANTO QUE ADVENTUI. AVG. ITALIAE, EN EL REVERSO. PRIMER TERCIO DEL SIGLO II.
SEGUNDA IMAGEN: MONEDA EN ORO, UN AÚREO CON EL BUSTO DE FAUSTINA II, DRAPEADO, Y CON UN PEINADO CON CEÑIDOR EN EL CABELLO. PROVIENE TAMBIÉN DEL TESORO DA BORRALHEIRA (COVILHA, PORTUGAL), HOY EN EL MUSEU NACIONAL DE ARQUEOLOGIA. LA LEYENDA DEL ANVERSO SEÑALA FAVSTINAE.AVG.PII.AVG.FIL. EN EL REVERSO SE PUEDE OBSERVAR UNA PERSONIFICACIÓN DE LA ALEGRÍA (LAETITIA), PORTANDO UNA DIADEMA Y UN CETRO. LA LEYENDA DICE LAETITIAE.PVBLICAE. DATADO EN EL 149.
Prof. Dr. Julio López Saco
2 de noviembre del 2010

1 de noviembre de 2010

Mitología de los aborígenes americanos (II): cosmología apache


Esta primera imagen es un esbozo de mitología apache. Kutérastan, el creador de todo, está de pie sobre las nubes, con un relámpago en cada mano. Encima de él, una bola, el Núcleo del Universo o Niña de la Noche. A su izquierda el tus (vasija de agua donde se refugiaron las gentes tras la inundación). Encima cuatro nubes, que son su morada celestial. Stenátlihan, diosa ayudante de Kutérestan, está sosteniendo en su mano un pequeño pino (con el que se construyó el tus en el momento del diluvio). Por encima de ella vuela el colibrí, mensajero de los dioses para verificar la creación. A la izquierda está Chuganaái, tercera deidad en relevancia. Da la luz al día y cura las enfermedades. Los círculos dentados sugieren lo inexpugnable de las moradas divinas. Abajo, un relámpago, que en la simbología apache es comunicación entre dioses. Sol y luna; en la luna, las rayas significan la menstruación (el crecimiento de la luna refleja el crecimiento prenatal). Las dos especies de cruz de malta representan, respectivamente, los dioses que hicieron las estrellas y los cuatro espíritus del aire que son mensajeros de los dioses. Estos últimos se comunican con los hombres medicina y portan las palabras divinas de los dioses. Dos formas a la izquierda representan los espíritus del aire, que revelan a los hombres medicina los prodigios que conocen. Sus revelaciones les llegan en forma de visiones mientras están sentados cantando y tocando el tambor. El disco L1 corresponde al dios de la guerra Nayenezgani, héroe cultural matador de monstruos; el disco M1, corresponde al dios del agua Tubadzischini; es el creador del Océano, y a él se dirigen las plegarias por la lluvia. El disco N1, es la diosa de la muerte, del otro mundo, Yólkai Nalín. Controla las almas que van al mundo futuro (la vía láctea sería el camino trazado por esas almas). El disco O1 es Hádintin Nalín, diosa del polen, que se ocupa de que los árboles produzcan. En las cuatro esquinas hay figuras que representan dioses (gáun), creados por el sol para curar enfermedades de carácter físico. Viven en los cuatro puntos cardinales, y en las ceremonias de curación son personificados por hombres con máscaras de madera, colocándose a los cuatro lados del enfermo. A veces, aparecen representados montados sobre osos o ciervos.
La segunda imagen corresponde a una pintura seca apache, de hacia 1882, empleada con la intención mágica de curar a una persona paralítica. Las representaciones son deidades enmascaradas o gáun, en tanto que las líneas onduladas simbolizan los relámpagos. El paciente se ubicaba sobre la figura central y una serie de hombres enmascarados recogían tierra de colores y se la frotaban por el cuerpo para exudar la dolencia.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB
Maestría en Historia de las Américas

20 de octubre de 2010

Mitología de los aborígenes americanos (I): canto nocturno navajo


La primera imagen corresponde a una pintura seca del Canto Nocturno o Yébichai, (ceremonia curativa navaja en la que se hace sudar al paciente enfermo dentro de una cabaña de sudar o en un habitáculo calentado previamente con fuego, cubriéndolo con mantas). Simboliza troncos cruzados que giran alrededor de un lago mítico. Sobre ellos se posan deidades masculinas (las oscuras), y femeninas (las claras), que cantan. Las canciones hablan de plantas que dan vida, entre las cuales de destacan las judías, la calabaza, el maíz y el tabaco, que aquí se representan creciendo del mismo lago. De las cuatro figuras del margen, la de blanco hacia el este es Haschelti o Dios Parlante, con su bolsa de ardilla con harina sacra. En el lado opuesto está Haschogan, Dios del Hogar. Los otros dos son Ganaskidi o Jorobados, dioses de los cultivos, con semillas del campo a la espalda. Alrededor del conjunto se encuentra la personificación del Arco Iris.
La segunda imagen se refiere a otra pintura seca para el Canto Nocturno. Las figuras claras son deidades femeninas. En el centro vemos un tallo de maíz, símbolo dador de vida, y rodeando parcialmente el conjunto, la personificación del Arco Iris, dadora de luz, un personaje femenino también.
Prof. Dr. Julio López Saco
Escuela de Historia UCV
Maestría de Historia de las Américas, UCAB