En una inscripción biográfica en la tumba de Herkhuf
(Dinastía VI) gobernador de Elefantina se relatan varias expediciones a un
territorio denominado Yam, de donde volvió con una serie de regalos suntuosos y
exóticos. Trajo consigo pieles de
leopardo, marfiles, plumas de avestruz, ébano, huevos, entre otros productos. Probablemente
las expediciones fueron llevadas a cabo con el deseo de explorar la región. En
consecuencia, se estableció una ruta caravanera. Sin embargo, no mucho después
las noticias sobre Yam desaparecieron de los textos. En un principio se pensó
que podría tratarse de una leyenda. Sin embargo, los expertos han debatido
mucho en relación a su ubicación, llegándose a un acurdo mayoritario que
emplazaba este reino en Nubia, en las cercanías de Kerma.
En las montañas de Uwienate, en el desierto líbico,
famosas por contener grabados neolíticos y pinturas rupestres se descubrió una
inscripción faraónica que resultó ser de Montuhotep, a quien dos personas
traían productos de sus respectivos territorios. Uno de ellos trae consigo un
órix y procede de Tekhbeten, mientras que el otro, tal vez porte incienso, y
procede del país de Yam. Esta inscripción se convirtió en referente fundamental
para localizar la posición de Yam, relevante para determinar hasta qué zona del
interior de África penetraron los egipcios de la antigüedad, y para evaluar la
fuerza y la superficie de los territorios nubios durante el Reino Antiguo.
En su autobiografía Herkhuf menciona las localidades
de Setju, Uauat e Irtjet (tal vez pequeños asentamientos), que algunos ubican
al norte de Nubia, con lo cual Yam estaría en la zona meridional. Otros
investigadores, por el contrario, creen que Yam se encontraba todavía más al
sur, cerca de la quinta catarata, lo que implicaría que Uauat abarcase toda la
zona de la Baja Nubia. Si los territorios eran más grandes de lo que se
pensaba, era probable que supusiesen una amenaza cierta para el sur de Egipto.
Yam no se incluía entre los territorios “amigos”. Se le asimiló a otros
territorios nubios en algunos textos de execración que se escribieron sobre
figurillas de prisioneros y que se depositaron en cementerios para prevenir (o
impedir) mágicamente, ataques sobre Egipto.
Con el descubrimiento de Uwienate, y si se entiende
que la inscripción marca el territorio,
el panorama sería diferente, pues estamos hablando de una zona muy al oeste de
Abu Simbel. Una serie de hallazgos previos podrían evidenciar que es esta la
región de Yam.
Por un lado la ruta de Abu Ballas (Colina de la
Cerámica), en donde aparecieron casi trescientas vasijas, tal vez punto de paso
en época faraónica para desplazarse hasta Gilf el Kebir, Uwienate o incluso más
al oeste. En el camino se constatan cerámicas que abarcan desde la VI Dinastía
hasta la época romana. Estaríamos hablando de una ruta para atravesar el
desierto. Por otro lado, la Montaña de Agua de Djedefre y el Biar Jaqub (un oasis,
con diez pozos de agua), un par de días de Dakhla. En el primero se encuentran
los cartuchos de Keops y de Djedefre, su hijo, además de un texto en el que se
narran las expediciones de la IV Dinastía hasta estas regiones para producir un
polvo denominado mefat. Los egipcios
sabían, en consecuencia, cruzar el desierto, en específico empelando caravanas
de asnos, aprovisionándose de agua en los pozos de Biar Jaqub.
En relación a los presentes que trajo Herkhuf desde
las tierras de Yam, un par de ellos desencajan con la zona de la montaña de
Uwienate. Se trata de los bumeranes y de las panteras. Sin embargo, en pinturas
prehistóricas de la región se pueden observar estos felinos. Además, los
habitantes de Yam pudieron intercambiar con pueblos de los alrededores marfil y
pieles de leopardo. En términos generales, las menciones de toros y otros
animales en el texto de Herkhuf cuentan con sus paralelismos en los diferentes
grabados de Uwienate.
También se ha escrito mucho acerca de la desaparición
de Yam en las fuentes antiguas. Se ha argumentado, al respecto, el hecho de que
el reino estaba bastante apartado de la proliferación de otros mercados y por
tanto, podría no compensar realizar un viaje que se presume complicado, por
estar muy alejado (en dirección oeste) del Nilo. Así mismo se ha dicho que la
zona pudo haberse convertido en un área inaccesible para los egipcios debido a
lo duro del viaje. Tal vez los cambios climáticos hicieran la zona más seca e
imposibilitaran las caravanas de burros si no había suficiente suministro de
agua.
Es probable, en fin, que Uwienate pudiera suministrar alimentos
a colectivos pequeños durante cierto limitado tiempo, sobre todo si en esas
épocas la zona era algo más húmeda. En cualquier caso, parece claro que los
antiguos egipcios usaban la ruta con interés comercial y que Yam pudo
encontrarse en las llanuras y wadis de la montaña de Uwienate, y no en Nubia,
cono hasta hace poco se pensaba.
Prof. Dr. Julio López Saco
UCV-UCAB. FEIAP-UGR.
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