Existen
algunas colecciones mitográficas de las que no es posible señalar su foco
primordial o su función esencial. Quizá el más notable ejemplo de un
predominante carácter misceláneo sea la Diegesis
de Conon. Este coetáneo de Augusto, reunió unas cincuenta historias en las que
está ausente cualquier vínculo temático o cualquier otro principio de
organización discernible, al menos según se puede apreciar del resumen
posterior de Focio. El trabajo fue dedicado al rey Arquelao de Capadocia (un
rey-cliente de Augusto, que reinó entre 36 a.e.c. y 17), si bien ese detalle,
en apariencia importante, no desvela ni su propósito ni la esencia de su
estructura.
En
Conon se encuentran mitos e historias míticas que explican los nombres de
algunos lugares o el trasfondo de ciertos proverbios, y que hacen comprensible
la fundación de ciudades o el establecimiento de cultos. También abundan las
historias amorosas y se constatan unos pocos ejemplos paradoxográficos. Su
mayor interés radica, sin duda, en las tres historias que no se preservan en
ninguna otra fuente más que en su obra. Se trata del establecimiento en Éfeso
del culto de Apolo Gypeo, de la
fundación de Olinto y del modo en que el oráculo apolíneo en Dídima fue
transferido del control de los Bránquidas (sacerdotes del Apolo Didimeo) a los Evangélidas.
Conon,
por desgracia para nosotros, parece que no tuvo interés en identificar sus
fuentes, un rasgo que, como se ha visto en otros ejemplos anteriormente, no fue
único. Un elemento que si está totalmente ausente de su obra es la no
presencia, en cualquiera de sus historias, de un dios como una personalidad
mayor.
Todas
las cuarenta y un historias míticas de la colección de Antonino Liberal
culminan en metamorfosis, llevadas a cabo por dioses sobre seres humanos, bien
como castigo por un comportamiento indecoroso o extraño, o como una liberación
ante alguna especie de desastre. Algunas de tales historias explican, en un
lenguaje en ocasiones bastante repetitivo, el establecimiento de un culto. Uno
de los mitos más típicos, que se configuró en su narración como una referencia
que proveyó un vínculo a sus lectores de una historia familiar, fue la que
contaba, en el capítulo XVI, la guerra entre los pigmeos y las garzas. Antonino
Liberal parece haberse inspirado esencial y exclusivamente en dos fuentes. Una
de ellas es la Ornithogonia de Boio
(FGrH 328 F 214), de la que toma historias mitológicas que incluyen pájaros; la
otra es la Metamorfosis de Nicandro,
de la cual extrae historias de mitógrafos helenísticos sobre aves pero también
acerca de otros animales, piedras o árboles.
Al
igual que Partenio, sus fuentes, en el sentido de autores que cuentan las
mismas historias, eran identificadas en notaciones al margen, en forma de una
especie de glosas eruditas.
Prof. Dr. Julio López Saco
UM-FEIAP, noviembre, 2019.
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